En este salmo, hablaremos sobre cómo Dios trata al alma oprimida. Dios es consuelo para el espíritu humilde y el corazón bueno que ha sido humillado.
Como el salmista ha expresado en varias ocasiones, «el Señor es mi refugio y fortaleza». Por eso, debemos comprender que Dios siempre está ayudando al pobre y dando ánimo al angustiado.
Es por eso que vemos esta acción de gracias dirigida al Señor por Sus maravillas y por Su gran amor hacia las personas oprimidas y angustiadas. Dios está con el pobre.
Jehová será refugio del pobre,
Refugio para el tiempo de angustia.
Salmos 9:9
Podemos ver las palabras que salieron de la boca del salmista David, alabando al Señor por Su gran bondad hacia aquellos afligidos y que han necesitado refugiarse en el Señor.
La mano de Dios está con todos los que le buscan, con aquellos que caminan con rectitud delante de Él. Los impíos han sido juzgados, pero más que eso, el salmista afirma que Dios ha sido y será refugio para los oprimidos.
No olvidemos que Dios siempre está atento a nuestro llamado. Oremos al Señor porque Él es nuestro refugio. Él es nuestra roca firme. Alaba al Señor con todo tu corazón y da gracias por Su amor.