Como hijos de Dios debemos atender bien nuestros caminos en el Señor, atender a las cosas que se nos han enseñado, como dice el autor de los hebreos.
La salvación es muy importante en nuestras vidas, ya que esto costó un grande sacrificio, sufriendo Él así por toda la humanidad, se humilló para que por medio de su sangre fuéramos redimidos y alcancemos la vida eterna.
El ser humano que no está sujeto al Señor es propenso a deslizarse y pecar delante del Señor, es por eso que Pablo habla acerca de su confianza y de aquellos hermanos a los cuales Jesús ha llamado.
Y otra vez: Yo confiaré en él.
Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
Hebreos 2:13
Nuestra salvación, aquella salvación comprada a precio de sangre, todos los maltratos que recibió, esto nos enseña que debemos valorar cada día el que el Señor nos permitiera estar en Sus caminos.
Es por tanto que con diligencia no debemos descuidar lo que se nos ha encomendado, porque siendo así el enemigo haría de las suyas poniéndonos mal delante de nuestro Dios.
También hubo un carcelero filipenses que le preguntó a Pablo qué debía hacer para ser salvo, a lo que este le respondió:
Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Hechos 16:31
Esta fue la respuesta más impresionante que dieron estos hombres de Dios a aquel filipense: Creer, obedecer y hacer todo lo que nos envía el Señor, seguirle y cuidar tu salvación.
Si sigues todas estas instrucciones, entonces todos los que están en tu casa también podrán alcanzar la salvación porque ellos también podrán seguir tu camino hacia el Señor.
