Desde el principio, el juicio del Señor ha sido muy fuerte. Recordemos que después de Dios haber sacado al pueblo de Egipto con mano fuerte, hecho maravillas y prodigios delante de ellos y así mismo entregándoles sus leyes, muchos de ellos querían hacer lo que ellos quisieran, por eso Dios escogió a un líder para mantener al pueblo a raya delante del Señor.
El libro de Hebreos nos habla acerca de las leyes del Señor y de las reglas y el orden que debemos llevar, bueno, ante todo se habla de respeto y de caminar conforme a la voluntad de Dios.
A continuación mostraremos la advertencia que nos muestra el autor acerca de aquellos que teniendo la palabras de Dios en sus corazones, pues hacen como les parece:
¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
Hebreos 10:31
En este capítulo podemos ver el triste final de aquellos que pecan deliberadamente aún conociendo la verdad en la cual han sido instruidos.
Estas palabras estaban destinadas a que las personas se sometieran al Señor, siendo cuidadosos y santos delante de Él.
Debemos saber que el mismo Dios no quiere que seamos castigados, más bien que seamos buenos entendidos y que podamos llevar Su camino y apartar todo lo que nos incita a pecar deliberadamente. Debemos muy en cuenta las advertencia del autor sobre este juicio porque horrenda cosa es caer en manos del mismo Dios.