La envidia es algo que existe desde el tiempo de Abel y Cain, pues ya sabemos lo que pasó en esta historia que se encuentra en el libro de Genesis, donde Caín vio cómo la ofrenda de Abel era más agradable que la suya delante de Dios. Fue conmovido actuar con envidia engañado por el enemigo.
Todo aquello que tu hermano emprende y da al Señor, es el mismo Dios que ha mostrado toda Su excelencia y es por eso que debemos mostrar nuestras buenas conductas delante del Señor sin envidia ni siendo vanidosos ante todo.
Recordemos que aquel que es envidioso, su espíritu vivirá afligido. El predicador habla sobre lo que pasa con las personas de excelente obra y buena conducta:
He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Eclesiastés 4:4
Todos sabemos que hay muchos que demuestran buenas excelencia y buen comportamiento en sus diferentes áreas de trabajo, también sirviendo al Señor, dando todo lo bueno para agradarle, esto llega a provocar envidia en muchos, y la envidia hace que muchas cosas malas puedan pasar.
Este es el pensamiento y los hechos de un hombre necio, que envidia las buenas obras hechas por el hombre que camina bajo la Palabra del Señor. No envidies las buenas obras de tu prójimo, apártate del mal y únete para que también tu obra sea buena delante del Señor.