Vivir como siervos del Señor, es andar en obediencia a Su Palabra y ante todo teniendo una vida agradable delante de Él. Orando ante Su presencia podremos estar alejados de los deseos carnales que persiguen a los creyentes del Señor.
Cuando estamos alejados de la presencia del Señor, estos deseos nos persiguen y el enemigo busca vencer a todos aquellos que no están en oración ante el Señor.
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,
1 Pedro 2:11
Pedro habla claramente de la problemática ante este ataque de la carne, por eso exhorta a que las personas vivan más y más cerca del Señor.