Es bueno que cada día seamos agradables ante nuestro Señor, ya que si agradamos al Señor es porque estamos caminando bajo Sus mandatos y voluntad divina.
Agradando a nuestro Dios, siendo dedicados en todo, siempre con humildad y actuando conforme a Su voluntad, es por eso que debemos procurar agradar al Señor y esto debemos hacerlo con el corazón, para que nuestro camino sea mejor y estemos seguros.
Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
2 Corintios 5:9
Pablo le da este consejo a los corintios para que estén preparados el día que tengamos que comparecer ante el tribunal de Cristo (versículo 10).
Lo que el Apóstol Pablo decía aquel pueblo, pues era que si estuviesen asuntes o presentes, tenían que procurar agradar a Dios en todo lo que hicieran, porque vendrá el día en que todos nos presentaremos ante Él, y recibiremos recompensa según lo que hayamos hecho, sea bueno o sea malo.
Hoy día este tema es también de se suma importancia, ya que el agradar a Dios en todo también es para todo la humanidad, todos somos creación Suya. Así que, procuremos con diligencia agradar a Dios en todo para que podamos reinar con Él por toda la eternidad.