Así es el amor

El amor que viene de nuestro Dios, es el que transforma a las personas, llega y cambia todo su entorno.

Todo aquel que tiene el amor que viene de Dios, sabe soportar cualquier situación, este es un amor sin envidia, un amor que no se envanece, tampoco es airoso.

En su primera carta a los corintios el apóstol habla sobre el amor y de cómo debe comportarse una persona:

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

1 Corintios 13:4-8

Podemos ver a Pablo aclarar sobre aquellos que dicen que tienen amor, pero que a la vez no tienen paciencia, son rencorosos, hablan mentiras, son calumniadores. Estas personas no tienen ese amor, ya que el amor de Dios no posee esas cualidades negativas.

Las cualidades de una persona que tiene el amor de Cristo son las que acabamos de ver en los versículos anteriores: sufre, es bueno, no tiene envidia, no hace nada indebido, no es egoísta, no es rencoroso, no se goza de la justicia sino en la verdad.

Aunque hables lenguas angelicales, aunque ordenes montes moverse de lugar, si no tienes amor, nada eres, porque la base de todo aquí es el amor que viene del Señor y soporta todo así como Cristo nos enseñó cuando estaba en una cruz por nuestros pecados.

Así es el amor, todo lo soporta, todo lo espera. De manera que, procuremos cada día tener este verdadero amor que es el amor de Cristo.

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