El sembrar para el Espíritu es ser una personaba dedicada a la obra poderosa del Señor, sacrificarse a sí mismo, soportando todo lo difícil que pueda ser el Camino y al hacer esto cosecharás vida eterna.
Pero es claro que debemos actuar firme, porque si sembramos para la carne, de la carne vamos a recibir corrupción; sabemos bien que el que hace eso y no se aleja de esas cosas, no cosechará la vida eterna.
Veamos las palabras del apóstol Pablo sobre aquellos que enseñan la palabra de verdad, la palabra del Señor:
Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Gálatas 6:8