Mujeres, sean personas que lleven los mandamientos de Dios en su corazón, practicándolos día a día, para edificación del espíritu, ya que estas acciones son las que en verdad agradan al Señor.
Una mujer que se somete al Señor es una mujer honesta y fiel. Ahora bien, sabemos que el enemigo siempre buscará la forma de tratar de desviar el camino de ellas para que busquen conflictos y fallen delante de Dios.
Es bueno que ustedes mujeres honren a sus esposos y hagan todas las cosas bien delante del Señor. Recuerden que sus vidas están segmentadas en la roca firme que es Dios, aquí es donde sus vidas han recibido descanso de parte del Señor.