Si a consejos para jóvenes se refiere, el capítulo más famoso de la Biblia para eso es Eclesiastés 11, específicamente el versículo 9 que nos dice que nos alegremos en nuestra juventud. Los jóvenes de por sí cometen muchos errores, los cuales pueden llevar como cicatrices por el resto de sus vidas. Pero, ¿qué tal jóven que lee, si entregas toda tu juventud al Señor y caminas bajo Su voluntad?
Veamos qué nos dice la Biblia:
9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
10 Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
Eclesiastés 11:9-10
¿Qué quiere decir que tome placer nuestro corazón en los días de la juventud? Este contexto no se refiere a la maldad, sino a instintos humanos que de por sí son naturales, tales como: Compartir con amigos, los deseos de tener una familia e hijos, tener una vocación en el futuro y disfrutar de eventos sociales. Todo lo mencionado es parte de la normalidad de cada jóven.
Ahora bien, jóven, presta atención a la segunda parte del versículo: «y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios». No me imagino este versículo sin esta segunda parte, ya que podría crear mucha confusión, pues, el ser humano es experto en que las cosas se hagan a su manera y no tener nada que los juzgue.
Jóven, lo que quiere decir esto es que en medio de todas tus actividades normales, los deseos de tu corazón y todo lo que hagas, debes saber que existe un Dios en los cielos que te juzgará. Disfruta de la vida, gózate, alégrate, pero hay un Dios que mira todos tus pasos. Sepa también jóven, que las decisiones que tomes hoy serán parte de tu futuro.
Para finalizar, el versículo diez es un buen consejo, puesto que muchos cuando entran en la hermosa etapa de la juventud se les suben los humos a la cabeza y muestran cierta actitud de enojo y comienzan a hacer cosas bajo la influencia de este siglo.
Sepa usted jóven, que la juventud es como una flor que se marchita, como la hierba que se seca, como el viento que pasa. Pronto serás tan viejo que te mirarás en un espejo y no quedará nada de esa hermosura. Por lo cual, entrega tu adolescencia y juventud a Cristo, ya que solo en Él hay vida plena.