Cómo permanecer en Dios

No existe una fórmula mágica de cómo permanecer en Dios. No se trata de que seamos los primeros en llegar al templo, los mejores diezmadores, los que mejor ofrendan, etc, ya que podemos hacer todo y eso y aún así no permanecer en el Señor.

Juan nos dice cómo nosotros demostramos que realmente permanecemos en Cristo y es bueno que tomemos estos versículos y así examinemos a cabalidad el tipo de cristianismo que estamos viviendo:

15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.

1 Juan 4:15-17

La Biblia nos dice que Cristo es el único camino y que sólo en Él hay salvación y eso nos da la seguridad plena de que Él es Hijo de Dios. En aquel entonces para muchos judíos era una blasfemia decir algo como esto, pero Dios ha revelado a su Hijo como hombre y ha muerto en una cruz para nuestra salvación, y creyendo eso, creyendo que Él es el Hijo de Dios, entonces tenemos permanencia en Él.

El verso 17 nos da esa enorme confianza aún para el día del juicio a través de nuestro amado Señor Jesucristo, de que no tenemos nada de que temer, porque permanecemos en Su amor.

¿Qué significa permanecer en Dios?

Permanecer en Dios significa que nuestra vida no está basada únicamente en ritos o prácticas religiosas, sino en una relación genuina con Cristo. Implica reconocerlo como nuestro Salvador y obedecer su Palabra en el día a día. Muchas veces se piensa que la permanencia depende de cuántas actividades religiosas realizamos, pero la Escritura deja claro que lo esencial es confesar que Jesús es el Hijo de Dios y vivir en ese amor que nos transforma.

El amor como evidencia de permanencia

El apóstol Juan declara que Dios es amor, y que permanecer en el amor es permanecer en Él. Esto nos recuerda que el cristianismo no se limita a una creencia intelectual, sino que se refleja en nuestra forma de amar al prójimo, en la manera en que perdonamos, ayudamos y nos mostramos compasivos. El amor genuino es la mayor prueba de que realmente estamos unidos al Señor.

La confianza en el día del juicio

El pasaje también nos muestra que, al vivir en el amor de Dios, no tenemos miedo al futuro. La seguridad de la salvación nos da paz, porque sabemos que no dependemos de nuestras obras, sino de la gracia de Cristo. Esa confianza no es arrogancia, sino fruto de la fe y de la permanencia en Aquel que venció el pecado y la muerte.

Aplicaciones prácticas

Permanecer en Dios se refleja en cosas prácticas: dedicar tiempo a la oración, leer la Biblia con un corazón dispuesto, amar a los demás sin esperar nada a cambio, y mantenernos firmes en la fe aun en medio de las pruebas. No se trata de perfección humana, sino de depender diariamente de Cristo y de su Espíritu Santo.

Conclusión

No hay fórmulas externas que aseguren nuestra permanencia en Dios, porque esta depende de una relación viva con Cristo. Confesar que Jesús es el Hijo de Dios, creer en su amor y reflejar ese amor en nuestras acciones es la verdadera evidencia de que estamos en Él. Vivir bajo esta verdad nos da paz, seguridad y confianza para el presente y para el día del juicio. Que cada uno de nosotros procure permanecer en ese amor que nunca falla.

En los momentos mas difíciles, estaré mas cerca de mi Dios
Con diligencia y amor seamos fieles a Su Palabra