Sanaré tus heridas

Una de mis historias favoritas es la del pueblo de Israel, puesto que en mi vida cristiana he podido aprender mucho de Dios a través de los errores de este pueblo y de los momentos de búsqueda constante. Israel era como un niño, Dios los llenaba de gracia y favor y de repente se olvidaban de su Dios como si Él nunca hubiese hecho algo por ellos.

Dios siempre tenía que vivir recordándoles lo que tenían que hacer y lo más increíble de todo es que Dios nunca se cansó de ellos, sino que les amonestaba, castigaba, corregía y amaba. A través de esta historia podemos comprender que no hay otro padre como nuestro Padre Celestial, lleno de tanta paciencia y ternura.

En el capítulo 30 del libro  de Jeremías, Dios habla al pueblo de Israel de como ellos se habían apartado de Dios hasta el punto que las demás naciones decían: «Esta es Sion, de la que nadie se acuerda». Es cierto que Israel estaba pagando las consecuencias de sus pecados, pero también es cierto que Dios nunca se olvidó de ellos y de la misma manera Dios nunca se olvida de nosotros.

Si piensas que Dios se ha olvidado de ti, ya sea porque estás pasando por un momento muy oscuro, quiero decirte que Dios nunca se olvida de sus hijos, Dios siempre está al tanto de nosotros para mantenernos en el camino. Simplemente Dios protege su pueblo.

A pesar de todas las precariedades y circunstancias dolorosas por las que estaba pasando el pueblo de Israel por su propia rebeldía, Dios les dio palabras de aliento a través del profeta Jeremías diciendo:

Pero serán consumidos todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio; hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré en presa. Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda.

Jeremías 30:16-17

Dirás: ¿Cómo puede Dios defender a tal magnitud a un pueblo que se desviaba cientos de veces? Entonces te pregunto: ¿Cómo puede Dios amarnos a nosotros cuando hemos transgredido cientos de veces? Querido hermano y amigo, debemos entender que el amor de Dios no tiene límites, el deseo de Dios por salvarnos no tiene fronteras, no hay nada ni nadie que detenga la poderosa mano salvadora de nuestro Dios.

¿Estás pasando por un proceso en el cual todos se han olvidado de ti? No importa cuantos te hayan desechado u olvidado, no importa cuantos digan que ya Dios se olvidó de ti o que ya no tienes gracia, no importa nada de eso, lo que importa es la fiel promesa de Dios de que Él te levantará, sanará tus heridas, te pondrá en mejores lugares, restaurará tu corazón y alzará tu cabeza delante de todos.

Amigos, no hay tiempo para volver atrás, solo hay tiempo para levantarnos en el Señor y darle gloria y honra por lo bueno que Él ha sido con nosotros.

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