Icono del sitio Restablecidos

Cómo orar por las ofrendas

Cómo orar por las ofrendas

Oh Señor, presento a Ti esta ofrenda, pero antes deseo que, si hay algo en nuestros corazones, Tú nos ayudes a ir donde ese hermano y reconciliarnos. Porque, de no ser así, Tu Palabra nos enseña que debemos hacerlo antes de entregar nuestra ofrenda. Si tenemos alguna rencilla con nuestro hermano, es necesario buscar la reconciliación, para así cumplir con Tu santa Palabra y poder presentarte una ofrenda agradable, no con un corazón lleno de rencor o resentimiento, lo cual entristece nuestro espíritu. Te damos gracias, Señor, porque Tú nos haces entender que en Ti está el amor y sobreabunda la gracia.

La enseñanza bíblica nos recuerda que nuestras ofrendas no son solo un acto material, sino una expresión espiritual que debe ir acompañada de un corazón limpio y dispuesto. Antes de entregar cualquier ofrenda al Señor, es fundamental examinar nuestro interior, pedir perdón por cualquier ofensa y, si es necesario, reconciliarnos con quienes hemos tenido diferencias. Esta actitud no solo honra a Dios, sino que también refleja el verdadero espíritu del evangelio: el amor, el perdón y la unidad.

Hermanos, antes de colocar nuestras ofrendas en el alfolí, tomemos un momento para orar y pedir que todo lo que presentamos ante Dios sea aceptado como un aroma agradable. No se trata únicamente de dar, sino de dar con gratitud, humildad y paz en el corazón. Una ofrenda hecha con rencor o resentimiento pierde Su esencia, pero cuando se entrega desde un espíritu reconciliado, se convierte en un acto de adoración genuina.

La Biblia es clara respecto a este principio. En Mateo 5:23–24 encontramos una instrucción directa de Jesús:

Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Este pasaje nos muestra que, para Dios, el estado de nuestro corazón es más importante que la ofrenda misma. Jesús enseñó que la reconciliación con los demás es una condición previa para que nuestras ofrendas sean aceptadas. Esto nos recuerda que el amor y la paz con nuestros hermanos son parte esencial de nuestra vida cristiana.

Por eso, cada vez que nos acerquemos a entregar nuestras ofrendas, procuremos hacerlo después de haber buscado la paz y la armonía. Que nuestra oración incluya siempre gratitud, confesión y disposición para perdonar. Así, nuestras ofrendas no solo serán un acto externo, sino también una demostración interna de fe, obediencia y amor hacia Dios y hacia los demás.

¿Es Jesucristo Dios? 10 Versículos que demuestran que sí
Salir de la versión móvil