El bien no se apartará de ti si andas en integridad

El escudo del Señor siempre está con aquellos íntegros de corazón. Dios protege, guarda y bendice a quienes viven de forma recta y sincera delante de Él. No hay mayor seguridad que la que proviene del Todopoderoso, porque Su presencia rodea como un muro de defensa a los que andan conforme a Su voluntad. La integridad es una virtud que el Señor ama profundamente, porque refleja Su propio carácter: justo, verdadero y santo. Todo aquel que decide caminar en integridad, aunque enfrente pruebas o tentaciones, puede estar confiado en que el Señor será su escudo y refugio constante.

Andar en integridad delante del Señor significa vivir sin doblez, sin hipocresía ni engaño. Es hacer lo correcto, aun cuando nadie nos ve, sabiendo que Dios observa el corazón y no las apariencias. La integridad no es solo un comportamiento externo, sino una actitud interna de fidelidad a Dios. El hombre íntegro no busca el aplauso de los demás, sino la aprobación del Creador. Y aunque el mundo moderno promueva la mentira, la manipulación y el egoísmo, el creyente debe mantenerse firme en su fe, sabiendo que Dios recompensa a los que se esfuerzan por vivir en santidad.

El salmista, en una profunda expresión de gratitud, reconoció la protección y la gracia que el Señor otorga a los suyos. En el libro de los Salmos encontramos esta preciosa promesa:

Caminar en integridad no significa ser perfecto, sino mantener un corazón dispuesto a agradar a Dios y a corregir el rumbo cuando sea necesario. David, aunque pecó, fue considerado un hombre conforme al corazón de Dios, porque reconocía sus faltas y buscaba siempre la restauración. Esa es la actitud que el Señor desea de nosotros: sinceridad, humildad y arrepentimiento. El creyente íntegro no se justifica, sino que busca la justicia divina. No se gloría en sus obras, sino en la gracia del Señor que lo sostiene cada día.

Por eso, hermanos, anhelemos andar en integridad delante del Señor. No es en vano mantenernos fieles, pues el bien y la misericordia del Señor seguirán a los que viven conforme a Su voluntad. Si permanecemos en el camino correcto, Su escudo nos cubrirá y Su luz nos guiará. En los días difíciles, Su gracia será suficiente, y cuando falten las fuerzas, Su Espíritu nos renovará. Nunca dejes la integridad, porque en ella está la verdadera paz y la seguridad del alma. El cuidado y la protección del Señor no se apartarán de ti, porque fiel es el que prometió y cumplirá Su palabra. ¡Bendito sea el nombre del Señor, nuestro sol y nuestro escudo eterno!

Este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre
No te entremetas con el suelto de lengua

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