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Pastor se bañaba con ropa para no perder la salvación

Pastor se bañaba con ropa para no perder la salvación

El pastor David Miranda Neto fue invitado al Hub Podcast e hizo un comentario sobre las rígidas creencias que tenía sobre el uso de la ropa a la hora de tomar un baño. Estas rígidas doctrinas están presentes al día de hoy en ciertas congregaciones, donde dicen que es pecado algo tan sencillo como bañarse en unos shorts en la playa.

El pastor David Miranda afirmó que hoy ya no tiene esas restricciones, pero sí hubo un tiempo en el que creía que podía perder su salvación si tomaba una ducha sin ropa, ya que si Jesús venía, no podría irse con Él, así lo explicó en el Podcast. Estas restricciones hicieron que la mayoría de miembros en la iglesia sean de edad avanzada, pues, no creo que jóvenes quieran pertenecer a un lugar donde haya restricciones tan ridículas como estas. David expresó:

Hoy, el 95% de los miembros de la iglesia son personas mayores que se salvaron en el apogeo del ministerio de David Miranda.

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El joven pastor concluyó haciendo una reflexión sobre como muchos jóvenes ya no están en su iglesia por el legalismo que antes había:

¿Dónde están los jóvenes? A Dios es Amor no se alcanza a la juventud. Hay muchos hijos de pastores, miembros, que ni siquiera pudieron quedarse por esta cultura tan rígida.

Deja en los comentarios tu opinión sobre el tema, ¿cuáles otras cosas como estas has escuchado que se prohíben en algunas congregaciones?

NOTA: Si sabes el idioma portugués y deseas escuchar toda la entrevista, te la dejamos aquí debajo:

Este tema ha generado una gran conversación en redes sociales, especialmente entre creyentes jóvenes que se sienten identificados con las palabras del pastor. Muchos consideran que el exceso de normas externas ha sido un obstáculo para el crecimiento espiritual genuino, pues se pone más atención en las apariencias que en el corazón. Jesús mismo, en los evangelios, se enfrentó constantemente con los fariseos por ese tipo de actitudes legalistas que, en lugar de acercar a las personas a Dios, las alejaban por miedo o vergüenza.

El testimonio de David Miranda Neto muestra cómo una nueva generación de líderes cristianos está buscando un equilibrio entre santidad y libertad. Es cierto que la Biblia nos llama a vivir de manera santa, pero también enseña que el Reino de Dios no consiste en comida ni bebida, sino en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. No se trata de imponer reglas superficiales, sino de enseñar a las personas a tener una relación sincera y personal con Dios, donde cada uno viva en conciencia y madurez espiritual.

Este tipo de conversaciones son muy importantes porque abren espacio para la reflexión y el cambio. Las iglesias que deseen llegar a las nuevas generaciones deben reconocer que el mensaje del evangelio no cambia, pero los métodos y las formas sí deben adaptarse a los tiempos actuales. No se puede pretender evangelizar a jóvenes en una cultura digital si se les prohíbe todo lo que forma parte de su entorno natural. Más que imponer reglas, debemos enseñar principios, valores y la esencia del amor de Cristo.

Por otro lado, hay quienes defienden que algunas normas antiguas ayudaban a mantener la reverencia y la disciplina dentro de la congregación. Sin embargo, cuando esas normas se convierten en una carga o se usan para juzgar a otros, pierden completamente su propósito. El equilibrio es la clave: vivir con modestia, pero sin caer en el fanatismo; buscar la pureza, pero con un corazón lleno de gracia.

El pastor Miranda Neto, con su testimonio, también invita a muchos líderes a revisar las tradiciones que han heredado. No todas son malas, pero algunas deben ser reinterpretadas a la luz del amor y la verdad del evangelio. Es momento de levantar una generación que no tema al cambio, que entienda que la verdadera santidad nace del amor a Dios y no de la apariencia externa. Y sobre todo, que recuerde que Jesús vino a liberar, no a esclavizar con normas humanas.

Finalmente, el llamado de este tema es a reflexionar sobre cómo practicamos nuestra fe. ¿Estamos realmente representando a Cristo con amor, o solo cumpliendo costumbres? Cada creyente debe hacerse esa pregunta con sinceridad. Tal vez, si se quitara un poco del peso del legalismo, más jóvenes encontrarían en la iglesia un hogar donde puedan crecer espiritualmente sin miedo ni culpa.

Revestidos de Cristo
Andad en amor, como también Cristo nos amó
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