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Cómo ser discípulo de Cristo

¿Te has preguntado cómo ser un discípulo de Cristo? Para ser un discípulo de Cristo, debes aceptar a Cristo en tu vida, dedicar tu corazón por completo a la obra poderosa de Cristo. Es tomar tu cruz y seguirle.

No es una tarea fácil ser su discípulo, pero ten paz porque el Señor respalda aquellos que le buscan, al que proclama Su reino, al que exalta al Dios Altísimo. No estás solo en esta lucha.

Sí, esta es la decisión que has de tomar, hazlo y no tengas miedo de ser un discípulo porque ser sus discípulos nos hace estar más cerca del Señor.

Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

Lucas 14:33

Para seguir esta carrera de poder seguir al Maestro renunciando a todo, esto era duro para los discípulos, pero en gran manera un beneficio, porque la recompensa de ser discípulo de Cristo es muy grande.

Al momento de cada uno de estos hombres seguir el llamado, pues debían abandonar todo de inmediato, como lo es el caso de Mateo quien era un cobrador de impuestos, entre otros. Seguir este llamado era un reto grande, pero, ¿quién puede resistirse al llamado de Dios? Es lo que Jesús claramente nos pide, que renunciemos a todo lo que nos sirve de piedra de tropiezo, porque de esta forma podremos ser Sus discípulos.

¿Quieres ser tú un discípulo de Cristo? Entonces lee y escucha bien lo que el Maestro dice, renuncia a todo lo que tienes, todo lo que te impide seguirle, porque de esta forma podrás ser un verdadero discípulo.

El discipulado no es simplemente asistir a una iglesia o formar parte de un grupo religioso, sino que implica un compromiso genuino de obediencia y fidelidad. Jesús no llamó a las multitudes a una religión, sino a una relación personal con Él. Eso significa que cada área de nuestra vida debe estar bajo Su señorío: nuestros pensamientos, nuestras decisiones, nuestras palabras y nuestras acciones.

En la historia bíblica, los discípulos dejaron todo: sus barcas, sus familias, sus negocios. Esto nos enseña que seguir a Cristo implica prioridad. No quiere decir que debemos abandonar literalmente a la familia, sino que nuestro amor y obediencia al Señor deben estar por encima de cualquier otra cosa. Esa prioridad abre la puerta a bendiciones y a una vida guiada por el Espíritu Santo.

Ser discípulo también significa aprender del Maestro. Los discípulos caminaban con Jesús cada día, escuchaban Sus enseñanzas, aprendían de Su ejemplo y eran corregidos cuando cometían errores. Hoy, nosotros tenemos la Palabra de Dios y la dirección del Espíritu Santo para formarnos como verdaderos seguidores de Cristo. No basta con un conocimiento superficial, necesitamos estudiar, meditar y aplicar las Escrituras en nuestra vida diaria.

Además, ser discípulo conlleva sacrificio. Jesús dijo: “Tome su cruz cada día y sígame”. Esa cruz representa renuncia, entrega y también disposición a sufrir por causa del Evangelio. Vivimos en un mundo donde muchas veces ser cristiano no es bien visto, donde predicar la verdad puede traer burlas o persecución. Sin embargo, la recompensa eterna supera cualquier prueba terrenal.

Ser discípulo también implica compartir el mensaje. Los primeros discípulos se convirtieron en apóstoles que predicaron el Evangelio a todas las naciones. El verdadero seguidor de Cristo no se guarda las buenas nuevas, sino que siente el deseo ardiente de anunciar que Jesús salva, sana y transforma vidas.

Hoy más que nunca, necesitamos discípulos firmes que no se dejen llevar por modas, ideologías o temores. Discípulos que brillen en medio de la oscuridad, que sean sal de la tierra y luz del mundo, que vivan con integridad y reflejen a Cristo en cada área de sus vidas.

Reflexión final

Ser un discípulo de Cristo no es un camino sencillo, pero es el más seguro y lleno de esperanza. Es una vida de entrega total, de obediencia y de fe. Puede que implique renunciar a cosas terrenales, pero lo que se gana es infinitamente superior: paz, propósito y vida eterna. Pregúntate hoy: ¿qué cosas aún me impiden seguir a Cristo plenamente? Ríndelas a Sus pies y confía en que Él te fortalecerá. Porque el mayor privilegio que podemos tener es ser llamados discípulos del Hijo de Dios.

Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado
Esclavos de Cristo
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