Jehová es mi fortaleza y mi escudo en los momentos difíciles

Dios debe ocupar el primer lugar en nuestros corazones, en Él debemos depositar nuestra confianza, pues no falla ni echa su palabra por el suelo.

Nuestra fortaleza viene de Dios, aún cuando no tenemos fuerzas, pues Él hace descender sobre nosotros su Espíritu Santo para que seamos fortalecidos. Creamos en Dios, Él siempre siempre está pendiente de nosotros.

Las dificultades, ni los tiempos, ni nada nos puede apartar de su gloriosa presencia, de dejar de creer e su santa voluntad divina. Dios tiene el control de todas las cosas.

Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón, Y con mi cántico le alabaré.

Salmos 28:7

Es una alegría ver cómo este autor de este salmo se refiere al Señor, mira lo que este hombre dice, este hombre sabía que su confianza debía estar depositada en el Señor, porque fuera del Señor no estaría nada seguro, por eso el decía: Dios es mi fortaleza y mi escudo. Esto es cierto porque cuando nos sentimos débiles, cuando sentimos que no podemos seguir, entonces Él viene y cambia todas las cosas.

Es bueno que también nuestros corazones estén creyendo por completo en las promesas del Señor, en que Él vendrá en nuestro socorro, El Señor es quien nos pastorea en todo los lugares, en lugares delicados. Él es nuestro pastor, en lugares de oscuridad Él es nuestro pastor.

Por eso debemos dar cánticos de alabanzas a Dios, suya es la gloria, la honra y el poder, alabemos Su Nombre, no hay nadie como Él, solo Dios es nuestro escudo, el que guarda de nosotros, creamos solo en El Señor, y siempre seremos vencedores.

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Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu
Subió a un árbol para ver al que traía su salvación
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