Cómo predicar a mis familiares no creyentes

Esta es una pregunta realizada por muchos creyentes, puesto que aunque suene algo fácil, a veces no se nos hace tan fácil como predicarles a desconocidos en las calles. Pues, se trata de nuestra familia, y queremos hacerlo de una manera cuerda y responsable, y también inteligente, explicándoles bien el Evangelio de Cristo, sin comprometer ninguna de las dos partes.

Debemos entender que el predicar a personas no creyentes o a nuestros familiares, no es ir por la Biblia tomando toda clase de historias y versos para demostrarles la existencia de Dios, sino que hay historias y versos claves para demostrarles por qué hay que servir al único Dios verdadero.

Dios es el creador del universo

Lo primero es, explicarles que el mundo fue creado por Dios y no que surgió de la nada como algunos afirman. A todos nosotros se nos ha enseñado en las escuelas (cuando no son cristianas) que el mundo fue creado de una explosión, o sea, nos enseñan el método que dicta la ciencia, pero no nos dicen que este mundo fue creado por Dios.

Es por ello que debemos enseñarles con la Biblia que este mundo fue creado por un ser supremo llamado Dios:

1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Génesis 1:1-2

Preguntas pueden surgir de tus familiares con estos versos, tales como: ¿ Cómo compruebo que lo que está ahí es cierto? Bueno, podemos preguntarles: ¿Cómo comprobamos que lo que nos enseñaron también es cierto? Y si nos vamos a la lógica, ¿cómo de una explosión pueden salir seres vivos? o más bien, ¿cómo de la nada puede salir algo?. La nada es nada, por lo cual nada puede salir. De manera que, debe existir un arquitecto y creador de todas las cosas, y ese se llamada Dios.

Éramos enemigos de Dios y Él nos salvó a través de Cristo

Dios creó al hombre, pero el hombre se separó de los caminos de Dios y se fue tras la perversidad de su corazón. Podemos explicarles esto desde que Adán y Eva pecaron y cómo tras ellos toda la humanidad siguiente se corrompió y deseó más lo malo que lo bueno, ya que en esa parte de Génesis comienza la naturaleza del pecado en el hombre.

Y aquí también comienza el plan de salvación para nosotros, y este plan de salvación podemos explicarlo con una famosa cita de la carta a los Romanos:

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

Romanos 3:23-28

Estos versos explican cómo todos los hombres habíamos pecado, y nos enseñan cuán corruptos somos desde el principio y que todos éramos enemigos de Dios, apartados de su gloria. Pero el verso 24 nos muestra luz y salvación a través de la muerte de Cristo en la cruz, justificándonos gratuitamente por Su gracia, y en el eterno Hijo tenemos redención y amistad nuevamente con Dios.

En definitiva, éramos culpables, pero esa condena se nos quitó mediante la muerte del unigénito Hijo de Dios en la cruz y nos dio salvación que no merecíamos.

Dios te ama como nadie te ama

Hay personas que dicen: «No existe tal amor como el de una madre». Pues no, esta frase no tiene sentido. Y por ende puedes enseñarles a tus familiares que existe un amor mayor al de madre, padre, etc, y ese amor ese el amor de Dios, el cual es insuperable, pues, entregó a muerte a su propio Hijo en una cruz para salvarnos:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 3:16

Y estos puntos y versículos de la Biblia los podemos usar para hablar de Dios a nuestra familia. Ahora bien, de ahí en adelante sólo esperar que el Espíritu Santo les convenza de pecado y nosotros aparte de enseñarles también orar siempre por ellos para que Dios haga una obra poderosa de salvación en sus vidas a través de Cristo Jesús.

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Habacuc capítulo II | El juicio de Dios sombre los impíos I
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