Alabemos a Dios por encima de todo

Dios merece la gloria por encima de todo, todo ser debe postrarse y adorar su santo nombre para siempre. Solo Él la merece, todos los seres creados por Él aclamen su poderío.

Demos gracias por Su misericordia y por Su bondad, Dios sublime y poderoso, buenas son sus obras para con cada uno de nosotros. Exaltemos Su nombre por los siglos de los siglos.

Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas.
Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.

1 Crónicas 29:11

En el versículo anterior vemos cómo se habla de lo poderoso y grande que es nuestro Dios, dando glorias, alabanzas y honor al único y verdadero Dios, pues todo ser creado por Dios debe alabar y bendecir su santo nombre. No nos olvidemos que el poder es de Dios.

De Dios es el poder la gloria y el poderío y Su majestad por toda la generación, digno de alabar y glorificar para siempre. Su imperio y su majestad son Suyos.

Dios se merece toda la gloria por encima de todo, nada ni nadie nos puede impedir que le alabemos. Pero si algo nos lo impidiese, sigamos adelante porque Dios está con nosotros, Él tiene el control de todo, aunque nos veamos tirados en el suelo, alabemos, aunque no nos podamos levantar, alabemos, aunque nos quiten todo, alabemos, y aunque lo perdamos cantemos, alabemos y adoremos con todo nuestro corazón. Nadie nos impida que demos lo mejor a Dios, Él lo merece. Solo Dios, a Él sea la gloria e imperio para siempre. Amén.

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