Hombre sabio y sin temor del mal

Un hombre sabio y sin temor, no es aquel que no tiene miedo, sino que se preocupa en vencer sus adversarios, en estudiarlo y saber su objetivo y por dónde podría su enemigo atacar.

El hombre sabio sabe cómo puede controlar situaciones que se presentan, desde la antigüedad nos podemos encontrar con muchas historias que nos hablan de lo fuertes y valientes que fueron aquellos hombres.

Este caso podemos hablar de Josué hombre valiente, no dudaba cuando Dios le mandaba a conquistar una tierra, este hombre siempre estaba en pie de batalla.

9 Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec;
mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.

10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec;
y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.

Éxodo 17:9-10

Josué siempre confiaba en lo que Moisés lo enviaba, este hombre iba confiado. Dios estaba con él todo el tiempo, Josué era decido, hombre sin temor a vencer a sus enemigos.

También podemos observar que este guerrero nunca decía que no, él estaba siempre presente a lo que se le mandaba para enfrentar todo lo que quería perturbar la paz de Israel.

13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.

14 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec
de debajo del cielo.

15 Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi;

16 y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová,
Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.

Éxodo 17:13-16

Moisés hombre de Dios también actuaba con mucha confianza a todo lo que Dios le enviaba, pero Josué siempre se mantuvo cerca de moisés y es por esta razón que al ver Josué la confianza que Moisés tenia en Dios, Él actuaba confiado en que Dios no lo dejaría.

Pero tenemos otro que no podemos dejarlo atrás, ya que este hombre fue uno de los que se enfrentó a un enorme gigante de tamaño y no de sabiduría.

Este hombre que era pequeño de estatura pero lleno de valor, sabiduría, sin temor a que fuera fuerte y gigante. Su nombre es David.

Muchos criticaban la estatura de este joven al verlo, cuando lo veían hasta sus propios hermanos se burlaban de él. David fue enviado por su padre a llevar panes a sus hermanos al lugar donde estaban combatiendo con aquel gigante el cual no podían derribar, pero este joven, al escuchar esta voz que decía:

Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel,
diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla?
¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl?
Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí.

1 Samuel 17:8

David se animó y dijo:

Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?

1 Samuel 17:26

Al ver las palabras de David, podemos deducir la firmeza que tenía al hablar, sin temor, llamando incircunciso al gigante. David estaba dando a entender que no había ningún tipo de temor en él y su confianza era muy grande.

31 Fueron oídas las palabras que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir.

32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.

45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.

1 Samuel 17:31-32,45

A través de estas acciones que tomó David contra aquel paladín, le daba a entender que no tenía miedo, sabía que Dios estaba con él.

En ningún momento se halló miedo en David, al momento de enfrentarlo solo dijo: «Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos». Este fue hombre de gran valor.

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