A solas con Dios

La oración es un tema muy importante en las Escrituras y Jesús habló mucho sobre esto, puesto que recordamos palabras tales como: «Orad sin cesar». Para Jesús la oración era algo muy significativo e importante, aún siendo Él Dios, aun siendo Todopoderoso, sacaba grandes momentos de oración y uno de los grandes ejemplos que tenemos es la oración que hizo en Getsemaní.

La Biblia nos enseña:

39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.

40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.

41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,

42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Lucas 22:39-44

Lo primero que debemos considerar aquí es que Jesús siendo Dios tenía sus momentos de oración y a veces nosotros creemos que somos tan fuertes que ni siquiera presentamos nuestros asuntos personales a Dios, ni siquiera buscamos una dirección para saber cuál es la sabia voluntad de Dios y todo esto muchas veces sucede porque ponemos nuestra confianza en nuestra propia carne y no en Dios.

Lo segundo es que Jesús se «apartó». ¿Sabías que cada hombre de Dios necesita un momento a solas con Dios? Un lugar donde no haya ruido, un lugar donde nadie nos pueda interrumpir, donde el entretenimiento no sea tentación, simplemente un lugar retirado para buscar la Presencia de Dios. Necesitamos tener esos momentos a solas con Dios para presentarle nuestras peticiones y alabanzas y quedarnos allí hasta que Dios descienda a nuestros corazones y haga pedazos nuestro ego y reine solamente Él.

Aquella oración de nuestro amado Señor en Getsemaní es la oración más memorable, viendo al Hijo clamar al Padre de una manera tan intensa, de una manera tan confiable y llena de angustia.

Queridos hermanos, debemos poner todo lo que somos en las manos de Dios y sacar un momento a solas con Él, donde lo único que pensemos sea estar a solas con Él.

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Al que cree todo le es posible
Mi Dios estará contigo
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