Dios te librará

A través de todas las Escrituras aprendemos que Dios guarda a los suyos, que Dios guarda a quienes tienen confianza en Él. En los siguientes párrafos hablaremos un poco sobre un pasaje del libro de Jeremías, el cual nos muestra como Dios guarda a los suyos del mal.

17 Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes.

18 Ciertamente te libraré y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.

Jeremías  39:17-18

Dios había hablado sobre la caída de Jerusalén a través de su profeta Jeremías, incluso, todo este libro está basado en Dios corrigiendo al pueblo de Israel y el rey no haciendo caso a las palabras del Señor. Ya en los versos que hemos citado, se aproximaba el cumplimiento de la Palabra que Dios había dado a través del profeta Jeremías, pero había un hombre llamado Ebed-melec al que Dios le hace la promesa de que sería librado y no caería a espada, pero, ¿Por qué Dios hace esta promesa exclusiva a aquel hombre? En el capítulo 38 del mismo libro encontramos que este hombre libró de cierta manera al profeta Jeremías de la muerte:

7 Y oyendo Ebed-melec, hombre etíope, eunuco de la casa real, que habían puesto a Jeremías en la cisterna, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín,

8 Ebed-melec salió de la casa del rey y habló al rey, diciendo:

9 Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han hecho con el profeta Jeremías, al cual hicieron echar en la cisterna; porque allí morirá de hambre, pues no hay más pan en la ciudad.

10 Entonces mandó el rey al mismo etíope Ebed-melec, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y haz sacar al profeta Jeremías de la cisterna, antes que muera.

Jeremías 38:7-10

Con esta petición este hombre demostró que confiaba en el Señor, en todas esas palabras que había dado a través de Jeremías, y no tuvo temor en acercarse al rey a pedir tal cosa.

Queridos amigos y hermanos, cuando nosotros confiamos en el Señor y tenemos temor, las cosas son sumamente diferentes, puesto que Él nos libra del mal, nos cuida del mal que se aproxima. ¿Acaso existe mayor protección que aquella que nos brinda el Señor? De ninguna manera, el Señor siempre nos protegerá y debemos estar confiados en esas palabras.

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Tierra heredada para el que espera en el Señor
Señor, ten misericordia de mí y respóndeme
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