Palabras de gozo

Posiblemente todos hemos leído sobre el profeta Jeremías y recordamos todas las situaciones a las que se tuvo que enfrentar en mucha ocasiones por ser profeta de Dios para el pueblo de Israel, pueblo que muchas veces se daba a sentir como corrupto y duro de oír, y esto convirtió muchos de los escenarios del profeta en amargos, duros, difíciles y humillantes.

La Biblia nos habla muy claro sobre Jeremías, desde su llamado para ser profeta hasta sus grandes profecías para que el pueblo de Israel entendiera las palabras de Dios, y nos habla de esos momentos amargos por los que tuvo que pasar por dar la Palabra de Dios. Imagínese por un momento que en la iglesia a la que usted asiste usted hable de lo que la Biblia dice y nadie quiera escuchar. A Jeremías le pasaba que él hablaba la palabra de Dios y el pueblo de Israel no quería escuchar, no creían en sus palabras y esto lo llevó a estar preso en ciertas ocasiones y a un nivel tan duro de impotencia y dolor que hasta tuvo que maldecir el día de su nacimiento.

Pero muy más allá de aquellos duros momentos él recibía palabras de gozo de parte de Dios. Veamos estos versos bíblicos:

15 Tú comprendes, Señor; ¡acuérdate de mí, y cuídame! ¡Toma venganza de los que me persiguen! Por causa de tu paciencia, no permitas que sea yo arrebatado; mira que por ti sufro injurias.

16 Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba; ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso.

Jeremías 15:15-16

Es bueno que en esos momentos difíciles por los cuales pasamos no dejemos que la prueba esté por encima de nuestra fe en Dios, sino que podamos mantenernos creyendo al Dios que hemos servido, y podamos pronunciar las mismas palabras de Jeremías: «Porque yo llevo tu nombre, Señor, Dios Todopoderoso». Debemos llevar su nombre,  somos sus hijos, su pueblo y Él es Dios Todopoderoso.

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Nuestra mejor alabanza
Dios ama a los que le aman
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