Jesús fue enviado por Dios al mundo para darnos vida eterna, pero ¿qué debemos hacer para obtener la vida eterna? Seguir a Cristo y dejar todo lo que no es de su agrado. Apartarse del mundo y sus deseos para poder recibir esa linda promesa.
No nos olvidemos que, si no confesamos con nuestras bocas que Jesús es el Señor, y que al tercer día se levantó de entre los muertos no recibiremos la vida eterna, porque Él es la vida.
Y este es el testimonio:
que Dios nos ha dado vida eterna;
y esta vida está en su Hijo.
1 Juan 5:11
Aquí el apóstol Juan nos está dejando en claro, que Jesús es la promesa, el cual fue enviado por Dios para salvación de nuestras almas, porque este fue el mesías enviado por Dios para que seamos librados del mal y para que podamos abrir los ojos y no nos dejemos engañar por el enemigo de las almas.
El que tiene al Hijo, tiene la vida;
el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
1 Juan 5:12
Recordemos que todo aquel que ya ha aceptado a Jesús como su único y suficiente salvador tiene la vida eterna, porque Él es la vida, y de Él es que mana esa paz que corre por todo tu interior, trayendo aliento a tu alma, restaurando tu vida, Él es quien quita los obstáculos que están delante de ti.
Porque Jesús vino a dar vida y vida en abundancia, pero esta vida que es eterna, solo la recibirá aquel que esté dispuesto a dejar todo por el Señor, porque esta vida tan maravillosa no la podemos encontrar en el hombre, sino en Dios, que es nuestro salvador y refugio.
