Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores

La salvación es un regalo de Dios, el cual fue pagado a precio de sangre por medio de su hijo amado Jesús. Cristo fue crucificado para que cada uno de nosotros obtenga la salvación, aún sin nosotros merecerla.

Algo que debemos recordar es, que Jesús vino al mundo por amor, para que tengamos vida y vida en abundancia, y es por esta razón que el apóstol Pablo les recuerda a los efesios el propósito de Cristo cuando vino a este mundo:

 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos:

que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores,

de los cuales yo soy el primero.

1 Timoteo 1:15

Muchas veces pensamos que Jesús vino a buscar personas justas, sin embargo, recordemos las palabras del maestro cuando lo vieron reunido con publicanos y pecadores:

11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

12 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.

Mateo 9:11-12

Y por esto Pablo nos recuerda que Jesús vino para salvar a los pecadores, y el mismo apóstol se consideraba uno de ellos, cuando dice al final del versículo 15 de 1 Timoteo 1 «de los cuales yo soy el primero». Y como él era pecador, continúa diciendo:

Pero por esto fui recibido a misericordia,

para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia,

para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.

Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal,

invisible, al único y sabio Dios,

sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

1 Timoteo 1:16-17

No nos olvidemos de que somos simples pecadores y que Dios mostró su misericordia por nosotros entregando a su único Hijo para que pudiésemos ser salvos.

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