Dios no mira como nosotros

Es muy cierto que nosotros no miramos como Dios mira. ¿Por qué decimos esto? Porque el ser humano se fija en el físico y en la preparación de los demás a nivel secular, pero el Señor mira en lo más profundo del corazón y escoge a personas que según los hombres no son aptas para ocupar cierta posición.

Dios llama al profeta Samuel y le pregunta que hasta cuándo llorará al rey Saúl. Luego le dice al profeta que llenara su cuerno y que fuera donde Isaí de Belén, porque uno de los hijos de aquel hombre había de ser ungido como rey:

Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey.

1 Samuel 16:1

Isaí nunca pensó que Dios había elegido a uno de sus hijos como rey. Pero algo que queremos destacar en esta historia es lo siguiente: Cuando Samuel se presentó donde Isaí y vio a los hijos de Isaí, miraba las apariencias de cada uno y se decía «Este es el ungido del Señor». Pero Dios le decía que no mirara las apariencias:

6 Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido.

7 Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

1 Samuel 16:6-7

De esa misma manera cada uno de los hijos de Isaí iba pasando delante del profeta y todos fueron desechados. Pero en ese momento no se encontraba el menor de ellos, el humilde pastor de ovejas:

11 Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.

1 Samuel 16:11

Llegó pues David, el pastor de ovejas, el mejor, el olvidado, desechado por sus hermanos pero escogido por Dios:

12 Envió, pues, por él,

y le hizo entrar; y era rubio,

hermoso de ojos, y de buen parecer.

Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.

13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite,

y lo ungió en medio de sus hermanos;

y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David.

Se levantó luego Samuel, y se volvió a Rama.

1 Samuel 16:12-13

Mientras los hermanos de David eran hombres de guerra entrenados, que humanamente podían ocupar el cargo de rey, Dios escogió a aquel pastor de ovejas que era olvidado por todos, pero que estaba siendo entrenado en los montes, protegiendo las ovejas de osos y demás fieras. Que esta historia nos sirva para recordar que Dios tiene una visión muy diferente a la nuestra.

 

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