Provisión en medio de la escasez

En el antiguo testamento podemos encontrar muchas historias donde Dios muestra su poderío frente a las naciones y hoy en día no podemos dudar de ninguna de esas historias, pues, para comenzar tenemos que hacernos la pregunta: ¿Cómo es que soy cristiano? Nosotros no somos cristianos porque hayamos decidido serlo, somos cristianos porque Cristo nos ha llamado y nos ha traído hacía Él.

La Biblia nos habla sobre la historia de una mujer viuda que estaba pasando por ciertas necesidades económicas y Dios la ayudó de manera poderosa en su situación. Veamos que nos dice la Biblia sobre esto:

Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.

2 Reyes 4:1

Lo cierto es que esta mujer estaba en una situación muy difícil, pues, imagínese, si ella no saldaba la cuenta que tenía pendiente sus hijos iban a ser llevados por el acreedor. Pero fíjese en algo, ella le pronuncia estas cosas a Eliseo como si él podía hacer algo ante tal situación. Recordemos que Eliseo era profeta y Dios estaba con él, y aquella mujer entendía que de una forma u otra Dios podía actuar a través de este hombre. Muchas veces nos encontramos preocupados ante las situaciones de la vida y no sabemos qué hacer ante los problemas, pero en medio de toda situación debemos recordarnos que Dios siempre llega a tiempo, justo como llegó en la situación de esta mujer.

Continua diciendo:

2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.

3 El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.

4 Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.

5 Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.

6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.

7 Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.

2 Reyes 4:2-7

Dios hizo un milagro que para muchos sería imposible, pero nosotros creemos eso y más, puesto que Dios ha hecho el milagro más poderoso en nosotros el cual es el milagro de la transformación de nuestras vidas.

No importa el momento tan amargo por el que estemos pasando, confiemos en Dios así como esa viuda, amemos a Dios sobre todas las cosas, y sepamos que aunque no le podamos ver en el proceso, podemos cobijarnos en las sombras de sus alas.

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Dios no mira como nosotros
He derramado mi alma delante del Señor