¿Quién es el mayor?

Hoy en día existe una guerra constante por estar en la cima, por ser reconocidos, por ser el más grande, el más influyente en la sociedad y esto no solo resalta en el mundo secular, sino que también lo vemos en la iglesia. Y este intento por ser el más grande ha hecho un gran mal en todo el sentido de la palabra, puesto que nos hace parecer personas que solo nos interesamos por nosotros mismos y que lo que hacemos es para nuestra propia gloria, y no debe ser así, todo lo que hacemos debe ser única y exclusivamente para gloria de Su Nombre.

En una ocasión los discípulos vinieron a Jesús con la pregunta: ¿Quién es el mayor? La respuesta de Jesús podemos interpretarla como «ser humildes, no buscar lo suyo propio»:

1 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?

2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,

3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Mateo 18:1-3

Luego de los discípulos haber hecho esta pregunta, Jesús escogió a un niño y lo puso en medio de ellos, y les dijo que si no se volvían y hacían como niños no entrarían al reino de los cielos. ¿Por qué como niños? Un niño tiene los pensamientos completamente distintos a la de un adulto, su mente está más limpia, y es por eso que Pablo dice que seamos como niños en cuanto a la malicia (1 Corintios 14:20).

La prueba de que realmente hemos nacido de nuevo y que somos como niños en cuanto a la malicia se refiere a que no buscamos nuestro propio bien, sino que buscamos dar gloria a Dios con todo lo que somos y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?

4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

Mateo 18:4-5

Ese es el mayor amigo, el que se humilla como un niño. Y recordemos: «Dios mira al altivo de lejos y al humilde de cerca».

...
El sacrificio de Cristo quita el pecado
El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre
Compártelo usando uno de los siguientes iconos: