Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud

La juventud es una gran etapa de la vida, sin embargo, debemos aprovecharla de tal manera, que cuando lleguemos a la vejez podamos estar contentos con lo que hicimos durante ese período. La juventud es como la zapata de una casa, si tienes una buena zapata entonces años más adelante tu casa se mantendrá en buenas condiciones, y exactamente así es la vida, si aprovechas tu juventud, cuando entre en edad podrás estar contento con todo lo que hiciste.

El escritor de Eclesiastés dijo:

1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;

2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia;

3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;

Eclesiastés 12: 1-3

Lo más importante es que tengamos a Dios presente todos los días de nuestra juventud, aquellos días en los que estamos fuertes. Muchas personas pasan toda su vida haciendo con ellos lo que quieren, lo que su corazón desea, y muchas veces estos deseos son corrompidos y les crean males incurables. No hay mejor legado que servir a Dios desde temprana edad, porque esto hace que dejemos de tomar ciertas decisiones que pueden afectar nuestro futuro.

Amigos, mientras la juventud esté en nosotros sirvamos a Dios con todo nuestro corazón, hagamos aquello que posiblemente no podremos hacer cuando seamos viejos, evangelicemos, hagamos la obra de Dios, vayamos a las selvas, a aquellos lugares donde nadie quiere ir. ¿Qué es la vida? La vida es un soplo, se va como  el viento, sin embargo, si servimos a Dios aun en nuestra vejez podremos tener contentamiento.

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