Bástate mi gracia

Los escritos del apóstol Pablo sin duda han sido de gran bendición para la iglesia, algunos de sus escritos son tan profundos que pensamos que se nos quemarán las neuronas, otros son tan fáciles que hasta un niño los podría entender, y todo esto crea un conjunto de emociones cuando leemos sus cartas. Incluso, hasta nos podemos llegar a identificar con muchos de sus escritos, y es que este, a pesar de ser un hombre respetado de Dios, escritor de la mayor parte del nuevo testamento, era un hombre sujeto a debilidades como usted y como yo.

Posiblemente el versículo que les mostraré a continuación sea uno de mis favoritos, espero que usted también pueda sentir el sentimiento profundo que transmite este verso:

9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

11 Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy.

2 Corintios 12:9-11

De esto sí que hay mucho que hablar, pero solo hablaremos lo suficiente, veamos, el apóstol dice que el poder de Dios se perfecciona en sus debilidades, también Dios le dice que le baste su gracia. Algunas personas ven las debilidades como un impedimento para Dios acercarse a nosotros, sin embargo, a las personas que Dios se acerca es a los débiles, a ver, preguntemos algo lógico: Si eres fuerte, ¿para qué necesitas a Dios? Sí querido amigo, el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidades, y es por eso que Dios le dice a Jeremías: «No se alabe el fuerte en su fortaleza». Debemos entender que nuestra fuerza viene de Dios y que Él es nuestro socorro.

Las debilidades tampoco deben ser una causa de tristeza para nosotros, sino que así como el apóstol Pablo, debemos gozarnos en ellas, en las afrentas, en las necesidades, en las angustias, porque cuando somos débiles, Dios nos hace fuertes.

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Mejor es lo poco con justicia
Dios ama al dador alegre
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