Bendecid y no maldigáis

Hemos visto que la iglesia del Señor todo el tiempo ha sido perseguida y maltratada por aquellas personas que están en contra de las verdades del Señor, pero nosotros que tenemos fe en el Señor, debemos seguir hacia adelante sin importar todo lo que nos digan.

 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.

Romanos 12:14

No miremos a los que nos persiguen ni maldigamos, sino que debemos bendecir a todas las personas y pedirle al Señor que le ayude a cambiar todo lo que no es de su agrado, y que puedan ser hijos de salvación.

Cuando leemos la Biblia nos encontraremos con un sin número de hechos que pasaron, en el Antiguo Testamento como también en el nuevo, vemos como Jesús fue maltratado y perseguido por las personas.

Los discípulos también recibieron cada uno maltrato por personas que no entendían y que estaban siendo usado por satanás, ellos solo escuchaban la voz del maligno, él está siempre atento para poner a personas a practicar el mal.

Por eso nosotros que Dios nos ha dado sabiduría para que entendamos su palabra, y es que debemos cada día enseñar su palabra no importando lo que están falta de entendimiento, sino que podamos seguir haciendo el bien a todo el mundo.

Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.

Romanos 12:15

Como dijo Salomón en el libro de Eclesiastés: todo tiene su tiempo, tiempo de llorar, tiempo de reír, y de hacer muchas cosas dando a entender que debemos tener compasión por los demás, apoyándolos en sus momentos de dolor, pero como también vienen esos momentos malos también tenemos momentos buenos donde podemos reír y compartir con nuestros seres queridos.

Unánimes entre vosotros; no altivos,

sino asociándoos con los humildes.

No seáis sabios en vuestra propia opinión.

Romanos 12:16

Este punto también es muy importante donde nosotros debemos ser humildes y no ser altivos porque a Dios en nada le agrada las personas que tengan este carácter. Dios mira a estas personas de lejos y al humilde de cerca. Tengamos en cuenta que nuestra sabiduría viene de Dios, pero no seamos sabios en nuestra propia opinión, todo lo que vallamos hacer sea del agrado del Señor.

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El Señor es mi ayudador
Si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos
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