Cuando estamos vestidos de la armadura poderosa de Dios, ningún mal nos podrá atacar porque estamos protegidos por el Dios Todopoderoso, pero para tener esta armadura ¿qué debemos hacer? Buscar más y más de Dios, estar siempre en su presencia y hacer su voluntad.
Vestíos de toda la armadura de Dios,
para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Efesios 6:11
Recordemos que en la antigüedad cuando los soldados iban a la guerra tenían que tener sus armadura para poder protegerse de su enemigos, y por medio de su armadura duraban más tempo en la guerra.
Cabe decir que estos hombre estaban bien seguros de lo que ellos tenían puesto, e iban confiados en que ningún adversario les podía destruir, y si tenemos a Dios y luego nuestra armadura ¿que pasará?, sabemos que nuestro Dios es nuestro escudo, el que nos defiende de todo mal y que aparte de eso fortalece nuestra armadura.
Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Efesios 6:12
Este libro de efesios nos aclara que nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra principados y potestades de las tinieblas, satanás nunca está quieto, él siempre está atento, para destruirnos, hacernos caer, debilitar nuestra fuerza, y para destruirnos.
Y esta lucha no cesará hasta que no llegue el tiempo en que satanás sea destruido, mas nosotros tenemos que estar atentos a todos los dardos del enemigo, porque si no estamos atento a esto, entonces el enemigo nos podrá atacar con cualquier estrategia.
Es importante que no ignoremos la maquinaciones del enemigo, porque si nos descuidamos podríamos ser atacados por el maligno, nuestro adversario el diablo, que siempre busca la forma para nosotros desfallezcamos.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día malo,
y habiendo acabado todo, estar firmes.
Efesios 6:13
Es bueno tomar este consejo para que cuando vengan estos momentos de angustia podamos enfrentarlos con toda la armadura que el Dios todopoderoso depositó en nosotros, para que así nos podamos defender de toda artimaña del enemigo.
Es de mayor importancia que estés atento a toda asechanza del diablo, y que si no estás cubierto por la armadura poderosa de Dios, pues pídele que te cubra y te de nuevas fuerzas para que en momentos malos estés preparado y puedas vencer.