El amparo de Dios en la tribulación

Hay momentos difíciles en nuestras vidas que llegan y nos ponen a pensar que Dios no está con nosotros. Pero no es así porque Jesús nos dejó al consolador para que restaure nuestras vidas.

Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Salmos 46:1

Aquí nos da a entender, que Dios está con nosotros, en medio de la desesperación, en medio de la angustia, de la dificultad, de la debilidad. Y que Él no nos deja solo, Él siempre está para consolarnos.

El significado de consolar es, aliviar la pena o angustia de una persona. Tuve que consolar a un amigo por la muerte de su padre. Acongojar, ayudar a alguien mediante buenas palabras o caricias a soportar una angustia. Lo consolé diciéndole lo mucho que vale como persona.

Jesús dejó al espíritu santo para que esté con nosotros en medio de nuestras angustias, como lo dice su palabra en el libro de Juan 14:16,17

Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve,

ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Juan 14:16,17

Cabe decir que en este libro, Jesús nos está recordando que debemos esperar sus promesas, guardando su palabra en cada uno de nuestro corazones, y que por eso el no nos iba a dejar solo, si no que dejara al consolador para que este con nosotros todo el tiempo.

Debemos de creer que el espíritu santo esta con nosotros, todo el tiempo, y donde quiera que nos encontramos. Y es bueno que no nos olvidemos de esta promesa que es la que nos puede mantener en pie, esta es la que nos ayuda en todo estos momentos que nos llegan.

El diario vivir nos trae diversas sorpresas las cuales vienen acompañadas de cosas buenas y malas. Pero es bueno estar claro de que de que Las palabras del Señor, son las que nos restauran nos libertan de todas las turbaciones que vienen a nuestras vidas.

Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida,
Y se traspasen los montes al corazón del mar;

Aunque bramen y se turben sus aguas,

Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah

Salmos 46:2,3

El autor de este libro dice que no tengamos temor de nada, porque Dios esta ahí para ayudarnos. aunque las aguas estén bravas y los montes tiemblen, porque Aquel que creó todas las cosas puede controlar estos ímpetus a nuestro favor.

¿Por qué deberíamos de tener miedo? Dios es fuerte y valiente y para Él nada es imposible.

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Nada nos separará del amor de Cristo
Orar no es suficiente
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