A menudo solemos escuchar muchas frases que suenan bonitas de parte de nuestros predicadores y hasta de nuestros pastores. La frase: «Cristo es un caballero, y Él no entrará a tu corazón si no le abres la puerta», es muy utilizada en nuestras campañas evangelísticas, en nuestros cultos de amigos en la iglesia, etc. Esta ha llegado ser una frase muy popular y que está en boca de gran parte de la población cristiana.
Sin duda alguna, como casi todas, esta frase también ha sido tomada de un verso de la Biblia. Vamos a citar dicho verso y a la vez vamos a descubrir diferentes puntos sobre el mismo:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Apocalipsis 3:20
Claro, esta frase que hemos usado anteriormente es utilizada para decir que Cristo es tan caballeroso que Él nunca sería capaz de entrar al corazón de un ser humano a menos que este se lo permita. Aquí quieren decir que Cristo es un tipo amable, es como que Cristo llegue a tu casa y te diga: Hey, ¿Acaso me permites entrar en tu corazón? Y tú le dices un rotundo ¡NO! Entonces Cristo se va y continúa haciendo varios intentos para que cenes con Él.
Entonces he aquí que has roto el corazón del Padre por no aceptar que Su Hijo entre en tu corazón. ¿De verdad crees que Cristo depende de nuestras decisiones para hacer lo que Él quiere? ¿Acaso se te ha olvidado que Dios posee un atributo que se llama «soberanía?
Primero que todo, vamos a comprender el concepto de soberanía:
La soberanía, proveniente del Latín “superanus” que significa, “super” encima, más y “anus”, el cual es un sufijo que denota pertenencia, relación y procedencia, es decir entonces que la soberanía se refiere a una persona que tiene autoridad sobre otra.
Dios es soberano, esto quiere decir que Él ejerce autoridad sobre quien Él desee. O sea que, Jesús no es el típico tipo que viene a tu casa y te ruega a que lo dejes entrar a tu corazón. Él tiene autoridad sobre nosotros y cuando elige a alguien lo trae porque lo trae.
La malinterpretación más grande que se le ha dado a este verso es el pensar que Dios le está hablando a personas «no cristianas». Sé que mayoría de personas que dicen esta frase ni siquiera han leído el verso, y si lo han leído no se han tomado tiempo para saber el contexto del mismo.
Una información muy importante es el saber que desde el versículo 13 este escrito es para la Iglesia de Laodicea, una de las siete iglesias del Apocalipsis. Dios le está hablando a personas creyentes, a creyentes que al parecer han perdido el norte del cristianismo, y en el versículo 19 les dice: «Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete». Es vital comprender que Dios les está haciendo un llamado al arrepentimiento a su iglesia, y en el versículo veinte prácticamente les está diciendo: «Yo estoy aquí, y les estoy haciendo un llamado al arrepentimiento porque les amo, si ustedes escuchan todas estas palabras y las ponen en práctica, entonces yo entraré en sus vidas de nuevo y cenaremos juntos».
Ahora, cuando nosotros decimos que Jesús depende de la decisión de un no cristiano para entrar a su corazón, estamos diciendo que al hombre natural le es posible conocer las cosas del Espíritu. Y la Biblia nos dice totalmente algo distinto:
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”
1 Corintios 2:14
¿Sabes qué quiere decir este verso? Quiere decir que si Dios dependiera de la decisión de un hombre para entrar a su corazón nunca sería salvo, pues en la Biblia nos damos cuenta que el hombre es de naturaleza totalmente depravada y que no puede venir a Dios al menos que Dios lo traiga hacia Él.
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.”
Juan 3:19
La naturaleza del hombre siempre ha sido hacia el mal, y esto lo podemos descubrir en el libro de Génesis y en los tres primeros capítulos del libro de los Romanos.
Por último, quiero citar una historia que está entre las historias de conversiones más famosas de la Biblia:
Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
Hechos 9:3-6
No vemos a Jesús diciéndole a este asesino fariseo: Saulo, espera, sé que vas a ir a asesinar a un grupo de cristianos, pero por favor, te ruego que no lo hagas, incluso, te invito a que me dejes pasar por tu corazón, ¿Me dejas entrar a tu corazón?.
Aquí no vemos a Jesús rogándole a Saulo, más bien, utiliza uno de sus grandes atributos: «la Soberanía». Le habla como una persona que ejerce autoridad, que da órdenes y deben ser cumplidas.
De manera que, no hay absolutamente nada en este texto que nos haga pensar que esto es para los no cristianos, sino que Dios aquí está hablando a su iglesia, a aquellos que se han alejado de Él, y quiere que vuelvan a Él. Recordemos que Dios siempre quiere que su iglesia esté con Él, y los amonesta y los corrige porque les ama.
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