El descanso del pueblo de Dios

El descanso es algo que todos los seres humanos deseamos. Todo aquel que tiene un empleo, desea llegar a su hogar y descansar. Incluso, todos queremos llegar a una edad donde ya siquiera tengamos que trabajar, y así poder descansar de todo lo que hemos trabajado durante tantos años. 

No solo queremos descansar de las cosas seculares, también deseamos descansar de aquellas batallas espirituales que libramos a diario. Hay un libro que trata sobre el descanso y es «el progreso del peregrino». En esta alegoría nos damos cuenta que había un hombre muy cansado que buscaba descansar del equipaje tan pesado que tenía en la espalda. Dicha carga representaba todas las luchas que pasa un cristiano en su vida. Nosotros también tenemos este equipaje tan pesado en nuestra espalda, pero ¿Sabias que Dios nos promete descanso de tal equipaje tan pesado? Veamos esta promesa Bíblica:

 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Apocalipsis 21:4

En este mundo perecedero sufrimos tantas adversidades, tantas decepciones , dolor, amarguras, traiciones y un montón de cosas más que padecemos en este largo peregrinaje. Dirás: «Todo el mundo pasa por esas cosas, no solamente los cristianos». Esto es cierto, ¿Pero sabes qué? A pesar de que todos pasemos por todo eso, nosotros tenemos diferentes cosas que nos distinguen de ellos, ¿cuáles son?

1- Tenemos una esperanza viva

La Palabra de Dios nos dice:

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

1 Pedro 1:3-5

Nosotros no somos como aquellas personas que viven sufriendo sin esperanza. Nosotros tenemos una esperanza viva en la prueba, y es que un día resucitaremos y tenemos una herencia incorruptible y pura, y la mejor noticia es que no es una herencia terrenal, puesto que las herencias terrenales se acaban y no las llevamos con nosotros después de la muerte. La buena noticia es que se nos ha prometido una herencia que dura para siempre, de eternidad en eternidad.

2- Jesús nos ha prometido estar con nosotros hasta el fin

¿Sabías que muchas personas en el mundo viven luchando sin la esperanza de que alguien les ayude? Ellos viven buscando el refugio equivocado, se refugian en personas que más adelante se cansan de tener que darles consejo, de ser su paño de lágrimas y al final terminan abandonados sin ningún deseo de vivir.

A diferencia de ellos, nosotros tenemos una promesa que no falla.

La Biblia dice:

Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Mateo 28:20

Jesús nos ha prometido estar con nosotros todos los días, en cada paso que damos, en cada situación de la vida, cada segundo cada momento, Él está ahí consolándonos. Gloria a Dios por esto.

3- Nos promete no sufrir jamás

La única persona que ha dado tal promesa de no sufrir jamás es nuestro amado Señor, un ser humano no tiene la potestad de hacer esto. Sin embargo, ¿Sabes que Jesús te lo ha prometido?

Anteriormente habíamos citado este verso:

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Apocalipsis 21:4

Lo único que esto nos enseña es que llegará un momento donde todos nuestros sufrimientos terminarán. Donde volveremos a ser como niños, sin preocupaciones, sin trabajo, y ese será el momento donde reposaremos, donde descansaremos de todos nuestros sufrimientos y Dios nos dará ese descanso el cual tanto hemos esperado.

No desmayemos, pues nuestra recompensa está en los cielos y fiel es el que lo ha prometido. Abracemos estas grandes promesas y esperemos en Dios con todo nuestro corazón.

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