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10 frases de AW Tozer sobre una vida con Dios

Aiden Wilson Tozer, conocido como A.W. Tozer, fue uno de los pensadores y predicadores cristianos más influyentes del siglo XX. Su muerte, el 12 de mayo de 1963, dejó un legado espiritual que sigue vivo a través de sus escritos y sermones, especialmente en su célebre obra «La Persecución de Dios». Tozer no solo reflexionaba sobre la fe, sino que desafiaba a los creyentes a vivirla de manera genuina, priorizando la comunión con Dios por encima de las formalidades religiosas.

A pesar de su reconocimiento mundial, Tozer llevó una vida de humildad ejemplar. No tuvo una formación teológica formal, y, junto a su esposa, vivió de manera sencilla, evitando las tentaciones del lujo y la ostentación. Ni siquiera poseían un automóvil, lo que reflejaba su total desprendimiento de los bienes materiales.

Sus enseñanzas giraban en torno a la «presencia de Dios» como un elemento central e imprescindible para la vida cristiana. En un tiempo donde muchas iglesias priorizaban el conocimiento teológico por encima de la experiencia personal con Dios, Tozer recordaba que una fe viva requiere una relación íntima y constante con el Creador.

Hoy, sus palabras continúan siendo un llamado a la reflexión profunda, ofreciendo a la Iglesia una voz pastoral que inspira, confronta y guía hacia una espiritualidad auténtica.

A continuación, te compartimos 14 frases célebres de A.W. Tozer que reflejan su visión y pasión por una vida espiritual profunda:

1 – Lo que entra en nuestras mentes cuando pensamos en Dios es lo más importante de nosotros.

Esta afirmación nos recuerda que nuestra percepción de Dios moldea todo lo que somos y hacemos. Si pensamos en Él como un ser distante, nuestra vida espiritual será fría y vacía; pero si lo concebimos como un Padre amoroso y cercano, eso transformará nuestra manera de vivir.

Cuando nuestra imagen de Dios es correcta, también lo será nuestra respuesta ante la vida. Esto influye en nuestras relaciones, decisiones y prioridades, pues actuamos con la convicción de que vivimos bajo el cuidado y la guía de un Dios perfecto.

2 – Para estar en lo cierto con Dios a menudo ha significado estar en problemas con los hombres.

La historia bíblica y la experiencia cristiana confirman que seguir la voluntad de Dios frecuentemente genera oposición. Aquellos que deciden caminar en obediencia a la verdad divina suelen enfrentarse a incomprensión, críticas e incluso persecución.

Esto no debería desanimarnos, sino fortalecernos, recordando que los grandes hombres y mujeres de fe fueron valientes al mantenerse firmes. La fidelidad a Dios siempre tendrá un valor eterno, aunque en el presente genere incomodidades.

3 – El diablo es mejor teólogo que cualquiera de nosotros y es un demonio todavía.

Saber mucho de teología no garantiza una vida transformada. Tozer enfatiza que el conocimiento, sin obediencia y amor a Dios, puede ser inútil o incluso peligroso.

Esto nos impulsa a no conformarnos solo con aprender sobre Dios, sino a vivir lo que sabemos. El verdadero discípulo une conocimiento y obediencia, permitiendo que la verdad transforme cada aspecto de su vida.

4 – Puedes ver a Dios desde cualquier lugar si tu mente está preparada para amar y obedecerle.

No es necesario estar en un templo para encontrarse con Dios. Si nuestro corazón está dispuesto, Su presencia se puede experimentar en lo cotidiano: en el trabajo, en la naturaleza, en una conversación.

Cuando cultivamos un corazón sensible a Su voz, descubrimos que Dios está presente tanto en los grandes momentos como en los detalles pequeños. Así, cada día se convierte en una oportunidad para adorarlo.

5 – La razón por la que muchos todavía están preocupados, todavía buscan, todavía hacen poco progreso hacia adelante es porque todavía no han llegado al final de sí mismos. Todavía estamos tratando de dar órdenes, e interferir con la obra de Dios dentro de nosotros.

Tozer apunta a un obstáculo común en la vida cristiana: nuestra resistencia a rendir el control a Dios. Mientras tratemos de imponer nuestra voluntad, limitamos Su obra transformadora en nosotros.

La verdadera libertad llega cuando dejamos de luchar por el control y entregamos todo a Dios. Esa rendición abre la puerta a una vida más plena y guiada por el Espíritu Santo.

6 – Quiero la presencia de Dios mismo, o no quiero nada que ver con la religión … Quiero todo lo que Dios tiene o yo no quiero nada.

Para Tozer, la religión vacía carece de valor. No basta con ritos, cantos o sermones si no hay una experiencia viva con Dios.

El cristianismo auténtico nace de una relación profunda con el Creador, donde el alma busca más de Su amor, Su poder y Su verdad, sin conformarse con lo superficial.

7 – Cuando matas el tiempo, recuerda que no tiene resurrección.

El tiempo es un recurso irreemplazable. Tozer nos advierte que desperdiciarlo es perder oportunidades eternas.

Cada instante puede ser usado para bendecir, aprender y crecer. Usar bien el tiempo es honrar al Dios que nos lo concede.

8 – Los cristianos no dicen mentiras, simplemente van a la iglesia y cantan.

Con ironía, Tozer denuncia la hipocresía religiosa. A veces, las palabras que entonamos en alabanzas no reflejan la realidad de nuestro corazón.

Esto es un llamado a que nuestras expresiones de fe sean auténticas, respaldadas por acciones coherentes en nuestra vida diaria.

9 – Practiquemos el arte de hacer de cada obra un ministerio sacerdotal. Creamos que Dios está en todas nuestras acciones sencillas y aprendemos a encontrarlo allí.

Para Tozer, no hay separación entre lo “sagrado” y lo “secular” cuando se vive para Dios. Cualquier tarea puede convertirse en adoración si se hace con amor y obediencia.

Esto significa que cocinar, trabajar o ayudar a otros puede ser tan sagrado como predicar, siempre que se haga para la gloria de Dios.

10 – Su pobre corazón, en el cual Dios puso aprecio por la eternidad, no tomará aparatos electrónicos en lugar de la vida eterna. Algo dentro de ti es demasiado grande para eso, demasiado terrible, demasiado maravilloso. Dios ha puesto eternidad en tu corazón. Todas las cosas de este mundo están aquí por sólo un momento y luego se han ido.

En un mundo obsesionado con lo material y lo inmediato, Tozer nos recuerda que fuimos creados para algo mucho más grande que la tecnología o el entretenimiento.

Ese anhelo profundo solo puede ser satisfecho por Dios. Las cosas temporales pasan, pero la comunión con Él es eterna y verdadera.

Conclusión

Las frases de A.W. Tozer no son simples reflexiones; son llamados a examinar nuestro corazón, a abandonar la superficialidad y a vivir una fe profunda. Si aplicamos estas enseñanzas, encontraremos un cristianismo vibrante, centrado en Cristo y lleno de propósito.

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