Guárdame, Dios, porque en ti he confiado

Qué bueno cuando confiamos en Dios todo el tiempo. Él es nuestro ayudador, nuestra esperanza, el que nos fortalece. Por eso es bueno que tengamos paciencia en Él y esperemos en el Dios todopoderoso.

El salmista David era una persona humilde, cuando este hombre tenía un problema, inmediatamente iba ante la presencia de Dios y le pedía que le ayudara y que le fortaleciera.

Guárdame, oh Dios,

porque en ti he confiado.

Salmos 16:1

No apartemos de Dios nuestra confianza, porque si apartamos de Él todo lo que ya hemos confiado pues nos irá mal, Dios es fiel y justo, Él es misericordioso, su misericordia está con los que hacen misericordia con los demás.

Oh alma mía, dijiste a Jehová:
Tú eres mi Señor;
No hay para mí bien fuera de ti.

Salmos 16:2

Recordemos, que David estaba mandando a su alma a que bendijera el nombre de Jesús, porque fuera de Dios nada podemos hacer, Dios es nuestro amparo, el que nos sostiene en medio de las tribulaciones.

Un hombre fuera de los caminos de Dios no puede hacer nada, porque Dios es nuestra fortaleza, el mundo no nos ofrece nada, pero sí tenemos a Dios que nos ayuda y que es fiel y misericordioso.

Para los santos que están en la tierra,
Y para los íntegros, es toda mi complacencia.

Salmos 16:3

Siempre es bueno recordar que Dios cuida sus hijos, y que le promete muchas cosas las cuales cumple a su tiempo, su poder se manifiesta y aun en el momento que más lo necesitamos, Él está ahí.

¿Cómo no confiar en él?, si Él es el único en el cual podemos confiar y dedicarle toda nuestra vida a Dios, por eso es bueno que nuestras vidas cada día tengan confianza en el Dios Todopoderoso, que vive y reina para siempre.

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Nos levantamos, y estamos de pie
Mejor es confiar en Dios
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