Los hombres soberbios son reprendidos por el Señor, ya que han dejado Sus mandamientos, se han alejado de Su palabra y, al alejarse de Su palabra, su corazón se ha convertido en pura perversidad.
Los hombres malditos son aquellos que se han alejado del Señor y de los buenos caminos. Esto es lo que el autor de este salmo expresa al decir: «Reprendiste a los soberbios». Es claro que todo hombre que se aparta de los mandamientos del Señor, su corazón lo llevará a practicar el mal.
A continuación, veremos la oración del salmista dirigida a Dios, pidiendo refugio ante el Señor. Salmo 119:21 dice:
Reprendiste a los soberbios, los malditos,
Que se desvían de tus mandamientos.
Salmos 119:21
La confianza del salmista está exclusivamente puesta en el Señor, ya que aquellos que se sientan cerca de Él hablan de Él. Por eso, este gran hombre de Dios ora en busca de refugio y cuidado del Señor.
David menciona ante el Señor a aquellos hombres que eligen apartarse de Sus mandamientos, convirtiéndose en malditos y soberbios ante el Señor Dios todopoderoso, y siendo reprendidos por Dios.
Es importante recordar que, así como David oró para que Dios se ocupara del oprobio, nosotros también podemos orar al Señor para que nos libre de los ataques del enemigo que nos persiguen día a día. En el Señor podemos encontrar refugio y salvación. No nos apartemos de Sus mandamientos.
