Las personas que viven bajo la maldad, cometiendo todo tipo de infracción en su camino, tendrán un fin horrible y triste.
Es por eso que debemos caminar rectamente, no hacer maldad y vivir bajo la voluntad divina de nuestro Dios, apartando nuestras vidas del mal, cerrándole las puertas, para que de esta forma podamos vivir para siempre.
Si eres uno de aquellos que solo piensa en andar bajo el mal, y solo tienes eso dentro de tu corazón, es bueno te despojes de eso, que te apartes del mal y que procures hacer el bien.
Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre.
Salmos 37:27
El versículo anterior no hace otra cosa más que reafirmar lo que dijimos en los párrafos anteriores: El que hace el bien vive para siempre, pero al que hace el mal le espera un triste y amargo final.
Recordemos lo que dice un versículo de los salmos muy famoso: No te impacientes a causa de los malignos. El enemigo te mostrará personas malas que aparentemente les va bien para convencerte de hacer el mal, pero no caigas en su trampa, si quieres vivir para siempre, haz el bien.
Hermano, confía en el Señor. Recuerda que Cristo se fue a preparar lugar para nosotros, nos espera una Mansión Eterna, no desperdicies ese gran tesoro que tendrás en los cielos solo por estar «bien» este breve momento que te toca estar en la tierra. Hagamos siempre lo bueno para que nos vayamos con Él cuando Él venga y podamos disfrutar de esa Mansión Celestial.