El Señor habita en nuestro interior, nos fortalece en todos los momentos, aquellos momentos de tentación y de grande pruebas, y debemos dar gracias a Dios por esa fortaleza que nos provee.
Nunca sabemos cuándo llegará la tentación a nuestra vida, esta llega cuando menos los esperamos, es por eso que debemos estar siempre preparados para que podamos resistir en cualquier momento que llegue.
Nuestro Señor fue tentado grandemente por el enemigo, el enemigo buscó distintas formas de hacerlo caer, pero el Maestro pudo derrotarlo porque el Espíritu de Dios habitaba en Él. Esto nos da una grande enseñanza, es que debemos estar en El espíritu para percibir estas cosas que vienen a nuestras vidas.
Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
Hebreos 2:18
Es cierto, no veremos a un justo desamparado, es decir a una oveja del Señor pasar pruebas y que no reciba la ayuda del Padre. Jesús fue tentado y venció, y Él es poderoso para socorrer a los que son tentados, como acabamos de ver en el versículo anterior.
Tu socorro viene del Señor, no lo dudes, porque Él habita en todo tu interior y hace que haya un refrigerio en tu corazón. No dudes que Dios está contigo, Él te ayudará, créelo.