Los perfectos heredarán el bien

Todos los seres creados por Dios sabemos que todo el que está en el camino malo, pues éste nada bueno va a obtener, porque solo piensa es en hacer maldad y su mente siempre está bajo los mandatos del enemigo.

Es por eso que no debemos ser ignorantes ante estas palabras o ante el mundo que hoy vivimos, las personas toman su camino. Ellos desean hacer todo lo que su corazón le dicte, y sabemos algo muy importante, Dios no quiere que el hombre ande en mal camino.

Pero también podemos notar que todo aquel que decide andar por el buen camino, tendrá buena recompensa, será honrado por Dios y su camino será prosperado.

El que hace errar a los rectos por el mal camino, El caerá en su misma fosa; Mas los perfectos heredarán el bien.

Proverbios 28:10

Si, claramente podemos notar que el justo siempre tendrá la protección de Dios, llega un momento bien difícil del hombre, pues éste se ve sin fuerzas, desalentado, pero Dios viene en su socorro y le ayuda. Sus fuerzas son renovadas.

Este es el hombre que anda bajo la voluntad divina de Dios, este es el hombre que escucha la voz de Dios, este es el hombre que teme a Dios y el que actúa con obediencia heredará el bien y la misericordia de Dios.

Atendamos bien al llamado de Dios, seamos de los que heredarán el bien y no de aquellos que andan en el camino del malo.

La Biblia nos muestra con claridad que existen dos caminos: el camino de la vida y el camino de la muerte. El primero conduce a la bendición, a la paz y a la vida eterna; mientras que el segundo lleva al sufrimiento, al vacío espiritual y a la condenación. Dios en su gran misericordia nos ha dado la libertad de elegir, pero también nos advierte de las consecuencias de cada decisión. No se trata de un simple consejo, sino de una verdad espiritual que afecta directamente nuestro presente y nuestro futuro.

En nuestro mundo actual, muchas personas creen que pueden vivir alejadas de Dios y aún así encontrar verdadera paz. Sin embargo, la historia nos demuestra que quienes se apartan del camino correcto terminan envueltos en sufrimiento, en conflictos internos y en un vacío que nada material puede llenar. La maldad puede parecer atractiva por un momento, pero su final siempre trae destrucción. Es por eso que necesitamos tener discernimiento para identificar aquello que nos aparta de Dios y mantenernos firmes en la fe.

Jesús mismo dijo que Él es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6). Esto significa que andar en el buen camino no es solamente hacer buenas obras, sino seguir a Cristo, obedecer su Palabra y confiar en sus promesas. El camino malo, en cambio, se caracteriza por la desobediencia, la arrogancia y la búsqueda de placeres pasajeros que finalmente destruyen al ser humano. El contraste es claro: quienes eligen a Cristo reciben vida, y quienes lo rechazan heredan perdición.

Además, debemos recordar que andar en el buen camino no significa que no enfrentaremos pruebas o dificultades. Al contrario, la vida cristiana también está llena de retos, pero la diferencia está en que no caminamos solos. El Señor fortalece a sus hijos, les da nuevas fuerzas y los acompaña en medio de cualquier batalla. Esa es la gran diferencia entre el justo y el impío: el justo puede caer, pero siempre será levantado por la mano poderosa de Dios.

Es importante también que enseñemos a las nuevas generaciones a elegir el camino correcto. Nuestros hijos, familiares y amigos necesitan ver en nosotros un ejemplo vivo de obediencia y de fe. No basta con hablar de Dios, sino que nuestras acciones deben reflejar que realmente creemos en Él. Así como el proverbio nos recuerda que los perfectos heredarán el bien, también debemos procurar que nuestra vida sea una herencia de fe para quienes nos rodean.

Querido lector, no dejes para mañana la decisión más importante de tu vida. Elige hoy andar en el buen camino, sigue a Cristo con todo tu corazón y permite que su Palabra guíe tus pasos. No olvides que el enemigo siempre buscará desviar tu caminar, pero si permaneces en Dios, ninguna trampa podrá hacerte caer, porque el Señor te guardará y hará prosperar tus pasos.

Reflexión final: El bien y la misericordia de Dios están reservados para aquellos que deciden seguirle fielmente. El mal camino puede parecer amplio y fácil, pero su fin es la ruina. En cambio, el camino de la justicia y de la fe puede ser estrecho, pero conduce a la vida eterna. Escoge con sabiduría, camina con fe y confía en que Dios tiene lo mejor preparado para ti.

Mujer virtuosa, ¿Quién la hallará?
Glorificad a Dios Porque habéis sido comprados por precio