La Biblia es la Palabra, la ley, la sabiduría dejada por el Señor a nuestras vidas, porque en ella encontraremos consejos y una palabra firme y fiel.
Esta es la palabra de verdad, que nos conduce al Dios Padre y que nos hace reconocer que nuestro Dios es grande y que por medio de Su sacrificio hoy somos salvos de la ira venidera.
Somos bienaventurados todos los que hoy podemos buscar del Señor, que aunque estemos en dificultad, somos bienaventurados cuando lloramos, cuando sufrimos por la causa de nuestro Señor.
Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Lucas 6:21
Evidentemente podemos ver que el reino de Dios es para todas aquellas personas que estén dispuestas a dejarlo todo por el Señor, y el que estemos en los caminos de Dios no quiere decir que vamos a dejar de sufrir. Es verdad que en Dios hallamos descanso, pero mientras estemos en este mundo, es posible que lleguen aflicciones a nuestras vidas (Juan 16:33).
La buena noticia es que todos los que lloran por causa de Jesús, estos serán bien recibidos en la presencia de Dios, estos que entregaron sus vidas a Dios para que Él hiciera Su voluntad en ellos.
Hermanos, creamos a estas palabras dichas por Jesús, en que seremos saciados cuando hambre tengamos, que cuando lloremos por Su causa, pues también reiremos porque Su gracia, Su amor y Su misericordia reposarán sobre cada uno de nosotros.