La Biblia nos presenta a muchos personajes cuyas historias están llenas de fe, obediencia y virtudes que aún hoy siguen siendo un modelo de vida. Entre ellos encontramos a Rut, una mujer que a pesar de provenir de una nación extranjera, decidió confiar plenamente en Dios y dejarse guiar por Su voluntad. Su vida nos recuerda que no importa de dónde vengamos ni cuán difíciles sean nuestras circunstancias, lo que realmente cuenta es nuestra fe y determinación para seguir al Señor.
¿Qué podemos decir sobre Rut? Quizá sea un personaje que no se suele mencionar demasiado, pero de ella podemos aprender una vida de fe en Dios y mucha virtud. Abraham obedeció a Dios al dejar su tierra y salir a una desconocida, pero de Rut también aprendemos que dejó su tierra para ir a una que no conocía.
Rut, de las tierras de Moab, genéticamente proviene de Lot, quien era sobrino de Abraham. Vivió en el tiempo de los Jueces de Israel, se casó con un hombre que provenía de Israel aún estando en Moab. En algún momento tuvo que sufrir la pérdida de su esposo, suegro y cuñado. Y exactamente aquí nace la Rut virtuosa.
Esta mujer de Dios tuvo que tomar la decisión de quedarse en Moab o ir con su suegra Noemí a Israel, puesto que su suegra estaba pasando por una gran pérdida de su esposo y dos hijos. Entonces, Rut se veía en la obligación moral del apoyar a su suegra, y no solo eso, sino de seguir al Dios de Israel que había conocido.
Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. El Señor recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte del Señor Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.
Rut 2:11-12
Ese testimonio de Rut se expandió, su gran fe y humanidad. Rut amó tanto al Señor, que dejó atrás todo lo que poseía por seguirle a Él y apoyar a su suegra. Aquí vemos una mujer de fe y virtud, de las muchas que podemos mencionar en la Biblia, y la virtud de esta mujer de Dios nos envía un gran mensaje.
La misma Biblia destaca a Rut como una mujer virtuosa:
Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
Rut 3:11
¡Oh mujer que lee este artículo! ¿Tu vecindario te cataloga como una mujer virtuosa? La virtud es algo que debe acompañar a cada mujer de fe, así que no lo veas como algo imposible que solo las mujeres de la Biblia podían alcanzar, ¡tú también puedes y debes!
La historia de Rut no es simplemente un relato antiguo, sino un ejemplo vivo de lealtad y compromiso. Ella nos enseña que la fe verdadera no se limita a palabras, sino que se demuestra con acciones. Su decisión de acompañar a Noemí fue un acto de amor y responsabilidad, pero sobre todo de confianza en Dios. Así como Rut dejó atrás su tierra, muchas veces nosotros debemos abandonar costumbres, amistades o caminos que no agradan a Dios para caminar hacia la vida nueva que Él nos ofrece.
Además, la recompensa de Rut nos muestra que Dios nunca olvida el sacrificio y la fidelidad de Sus hijos. Aunque Rut era extranjera, Dios la honró de una manera extraordinaria al incluirla en el linaje de Jesucristo. Esto nos enseña que no hay barreras sociales, culturales ni de nacionalidad para que Dios nos use de forma poderosa. Su gracia y Su plan son mucho más grandes que nuestras limitaciones.
Para las mujeres cristianas de hoy, el ejemplo de Rut es una invitación a vivir con integridad, a ser fieles a Dios y a cultivar un carácter virtuoso en medio de una sociedad que muchas veces promueve valores contrarios a la fe. Para los hombres también es una lección: reconocer y honrar a mujeres de fe que Dios ha puesto a nuestro lado.
Para finalizar, esta virtud fue acompañada de una gran recompensa, pues, Rut dio un hijo llamado Obed, un nieto llamado Isaí, del cual nació David, rey de Israel, y más importante aún, de ahí proviene el linaje de donde nace Jesús nuestro Rey y Señor (Mateo 1:5).
En conclusión, la vida de Rut nos desafía a ser valientes en nuestras decisiones, a mostrar virtud en nuestras acciones y a confiar plenamente en que Dios honra la fidelidad. Que al leer este pasaje podamos imitar su fe y recordar que, así como Rut fue usada grandemente por Dios, también nosotros podemos ser instrumentos en Sus manos para bendición de muchos.