Cuando nos referimos a la Santa Palabra de Dios, lo hacemos de una forma respetable y correcta, enseñando lo que realmente es bueno y sano para nuestro espíritu, que la Palabra da vida, que la Palabra nos llena, hace que nuestro espíritu abatido recupere fuerzas.
La palabra de Dios es eficaz, y es como una espada de doble filo, enseñemos la Palabra de Dios correctamente tal y como está escrita, no de tratemos de desviar lo que está correcto.
En la carta del apóstol Pablo a Tito encontramos un mandato de Pablo a Tito a enseñar correctamente la Palabra de Dios, ya que muchos se desvían de la verdad, enseñando cosas que no están en la Biblia o tergiversando lo que está escrito.
Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.
Tito 2:1
Esta es una instrucción clara de Pablo para Tito y en los versículos dos al diez habla exactamente sobre qué es lo que Tito debe enseñar: Los deberes de los ancianos y las ancianas, enseñara los jóvenes a ser prudentes, y enseñar a los siervos a respetar a sus amos.
El apóstol Pablo quería que Tito cumpliera con estas instrucciones, de enseñar buenas costumbres y el buen camino, de andar conforma a la Palabra de Dios.
La sana doctrina nos enseña día a día como vivir correctamente delante de Dios, de cómo debemos actuar, nos enseña que debemos estar preparados. ¿Qué es la sana doctrina? Te invito a leer el capítulo 2 de Tito completo, y descubrirás que la sana doctrina no tiene nada que ver con lo que muchos enseñan hoy como «sana doctrina».