Padre eterno, Tú que moras en las alturas de los cielos, que conoces todo de nosotros, nuestro corazones y todos nuestros planes, oro a Ti Señor por aquellas personas que necesitan su pareja Señor, solo Tú los puedes ayudar y darles eso que ellos por tanto tiempo han querido, bendícelos y ayúdalos.
Señor Jesús, solo Tú conoces los proyectos y las metas de cada persona, es por eso que sigo orando a solo a Ti mi Dios, para que cada persona que necesite pareja, Tú puedas dársela en su momento Señor, pues en Ti todo lo podemos conseguir, bueno y seguro.
A Ti Señor siempre venimos porque sabemos que Tú cumplirás esa petición que hemos hecho delante de Ti. Señor, Tú hiciste al hombre, pero cuando viste que el hombre necesitaba una compañía, pues lo hiciste para que no esté solo. Así también Te pido que como se lo entregaste como pareja Tú les ayudes a ser buenos entre ellos, obedientes, amables, y que tengan buena comunicación.
Pedimos Señor que nuestras oraciones lleguen a Ti, que nos escuches, seremos pacientes y esperamos en Ti. Nuestro clamor oh Dios es para que nos des fuerzas cuando nos unamos así como lo dice el libro de Genesis, ayúdanos a entender cada día Señor.
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Génesis 2:24
Señor, terminamos haciendo esta hermosa oración, por Tus promesas, por Tu amor y bondad, ayúdanos Dios, cuando llegue ese momento en que proveas pareja podamos respetarla y ayudarla, porque el versículo que vimos anteriormente nos dice que ya somos una sola carne, que dejaremos a nuestros padres y madres para ser una sola carne. Gracias Señor, porque Tú siempre has sido bueno. Te pedimos que todo esto sea posible, en el nombre de tu Hijo amado Jesús, amén.
Al reflexionar sobre esta oración podemos comprender que pedir a Dios una pareja no se trata únicamente de un deseo personal, sino de reconocer que es el Señor quien conoce lo que realmente necesitamos. En la Biblia vemos que el matrimonio fue instituido por Dios mismo como un regalo, un complemento perfecto para que el hombre y la mujer se apoyen mutuamente. Por eso, cuando elevamos esta súplica al Señor, no pedimos desde el egoísmo, sino desde el deseo de cumplir con Su propósito divino.
Asimismo, debemos entender que el tiempo de Dios es perfecto. Muchas veces la impaciencia nos lleva a apresurar decisiones que no edifican y terminan en sufrimiento. Sin embargo, cuando confiamos en el Señor y esperamos en Su voluntad, Él prepara el corazón, la mente y el carácter tanto del hombre como de la mujer, para que la unión sea estable y bendecida. No se trata de conseguir una pareja por conseguirla, sino de encontrar en Dios la guía para unirnos con alguien que también ame y sirva al Señor.
De igual manera, este pasaje de Génesis nos recuerda que el matrimonio no es solo un compromiso social, sino un pacto sagrado. Al dejar padre y madre y unirse en una sola carne, la pareja asume la responsabilidad de cuidarse, apoyarse y respetarse mutuamente. Esta unión requiere paciencia, humildad y sobre todo, un amor cimentado en Cristo. Un hogar donde Dios es el centro siempre será fuerte y estable, incluso en medio de las pruebas.
Por eso, querido lector, si hoy estás orando por una pareja, confía en que el Señor tiene preparado lo mejor para ti. No te desalientes ni pienses que tu clamor ha sido olvidado. Dios escucha cada oración y en su momento oportuno responde de manera perfecta. Que tu corazón esté dispuesto a esperar y a crecer en fe, porque al final entenderás que todo lo que Dios hace es bueno en gran manera. Camina con confianza, ora con perseverancia y permite que tu vida esté en las manos de Aquel que nunca falla. Amén.
