La Biblia habla del hombre prudente, un hombre obediente y que sabe entender el llamado de Dios, que sabe escuchar la voz de Dios. Este hombre alaba a Dios con su prudencia, de verdad esto es muy importante en nuestras vidas.
El libro de Proverbios nos enseña que el hombre prudente se aparta de mal, mas el hombre insensato hace lo contrario, pero cuando viene la tormenta, el insensato es arrastrado por ella, por desobedecer y actuar en su propia opinión.
También en el evangelio de Mateo encontramos una poderosa enseñanza de Jesús acerca de este tema:
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Mateo 7:24-27
Es evidente que hoy día tenemos un sinnúmero de personas que solo piensan en sí mismos, y es por eso que no avanzan, pero resulta que también pueden avanzar para su perdición. Por eso estos no alaban a Dios con sus hechos. El prudente sabe escuchar la voz de Dios y obedece al llamado del Altísimo, este recibe el aviso de que pasará una tormenta y se aparta, este fue salvado porque no confió en su propio yo, y con sus hechos alabó a Dios y dio alabanzas, porque sabía que Dios conocía todas las cosas.
Así que, es bueno que confiemos en el Señor, que con nuestros hechos podamos alabarle, dar alabanzas al único Dios todopoderoso. Escuchemos los consejos de nuestro Señor.