El día del Señor

Zacarías es considerado uno de esos libros donde hay profecías sobre la segunda venida de Cristo y el renuevo de Israel. Incluso, hay partes de ese libro que aparenta como si estuviésemos leyendo el libro de Apocalipsis.

Este libro también presenta a Dios como soberano de Israel y de toda la tierra:

6 Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.

7 Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.

8 Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.

9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.

Zacarías 14:6-9

Este capítulo se titula «el día del Señor», y nos habla de eventos que han de acontecer.

Zacarías está mirando la gloria de Jerusalén en el reinado del Mesías. Y en ese reinado, aunque no exista la noche ni el día, Dios, con su luz propia los alumbrará, por lo cual no tendrán esa necesidad.

En aquel momento Dios ejercerá su dominio y soberanía sobre la tierra. Nosotros esperamos fielmente en el día del Señor, en Su venida, y anhelamos ese día donde le glorificaremos por toda una eternidad.

El contexto del libro de Zacarías

El profeta Zacarías ejerció su ministerio en tiempos difíciles para el pueblo de Israel, cuando habían regresado del exilio en Babilonia y todavía enfrentaban la reconstrucción del templo y de su identidad nacional. En medio de esa situación, Dios levantó a Zacarías para traer mensajes de esperanza y de restauración. Sus palabras iban más allá del presente y mostraban el futuro glorioso del pueblo de Dios bajo el reinado del Mesías.

Por eso, al leer este libro notamos que no solamente habla de los problemas inmediatos del pueblo, sino también de la obra futura de Dios, que alcanzaría su clímax en la persona de Jesucristo. Muchos pasajes son considerados mesiánicos y se relacionan directamente con lo que encontramos en los evangelios y en Apocalipsis.

El día del Señor en la profecía

Cuando la Biblia habla del “día del Señor” se refiere a un tiempo de intervención divina, donde Dios actúa con justicia y poder para establecer Su voluntad sobre la tierra. Este día no es un simple acontecimiento histórico, sino el cumplimiento de las promesas de Dios. En Zacarías 14 se nos revela que ese día será único, diferente a todos los demás, un día que solo Jehová conoce y que traerá una transformación total a la creación.

El profeta menciona que no habrá ni día ni noche, porque la gloria del Señor será suficiente para alumbrar a Su pueblo. Este detalle nos recuerda lo que dice Apocalipsis 21:23: “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”. Se trata de la misma visión de la Jerusalén celestial, donde la presencia de Dios será plena.

El reinado universal de Dios

El pasaje también declara que “Jehová será rey sobre toda la tierra”. Esto apunta a la soberanía absoluta de Dios, que no se limitará solo a Israel, sino que abarcará a todas las naciones. Los reinos de este mundo pasarán, pero el reino de Dios permanecerá para siempre. Este reinado será de justicia, de paz y de verdad, algo que hoy anhelamos en un mundo lleno de violencia, corrupción y sufrimiento.

Para los creyentes, esta profecía es motivo de esperanza, porque nos recuerda que aunque ahora vivimos en medio de dificultades, vendrá un tiempo donde Cristo gobernará con poder y nosotros reinaremos junto con Él. Ese será el cumplimiento perfecto de la oración que Jesús enseñó: “Venga tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”.

Aplicación para nosotros hoy

Aunque todavía esperamos la manifestación plena del “día del Señor”, podemos vivir hoy con esa esperanza firme en nuestros corazones. Este pasaje nos invita a confiar en que Dios tiene el control de la historia y que Su plan se cumplirá. Nos anima a mantenernos fieles en la fe, sabiendo que el Mesías reinará y que su luz iluminará toda oscuridad.

De igual manera, debemos vivir preparados, con una vida que refleje obediencia, santidad y servicio. Si bien no sabemos el día ni la hora, sí sabemos que Cristo vendrá y que será glorificado en toda la tierra. Esa promesa debe impulsarnos a compartir el evangelio, a perseverar en medio de las pruebas y a vivir con la mirada puesta en la eternidad.

Conclusión

El libro de Zacarías no solo fue un mensaje de ánimo para el pueblo de Israel en su tiempo, sino que sigue siendo una palabra viva para nosotros. Nos habla de la soberanía de Dios, de la segunda venida de Cristo y del establecimiento de Su reino eterno. En medio de la incertidumbre del mundo actual, estas promesas nos fortalecen y nos recuerdan que un día veremos la gloria del Señor en todo su esplendor. Ese día será incomparable, y los que hemos confiado en Él le adoraremos por los siglos de los siglos.

La transfiguración del Señor
Seguridad de Dios para Israel