Siempre debemos estar confiados en el Señor, porque de esa manera podremos romper toda barrera que el enemigo nos pone para que nos separemos de la gracia y la alegría del Señor.
La confianza en el Señor es la que cada día nos permite que aunque estemos en momentos difíciles podamos estar alegres y pasar todas dificultades adorando y glorificando a Dios por ese momento de prueba.
Recordemos que la tristeza no dura para siempre, Dios nos dará paz en medio de esa prueba, nuestro corazón recibirá alegría.
En este salmo podemos ver la exaltación de David hacia Dios por traer alegría a su vida, porque en el momento mas difícil Dios estuvo ahí consolando su alma, y es por eso que él da gracias Dios.
Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
Salmos 30:11
El salmista menciona estas palabras «has cambiado mi lamento en baile y me ceñiste de alegría». Recordemos que sólo Dios es el único que puede traer aliento a nuestro espíritu, puede dar alegría y cambiar nuestro lamento en gozo.
En este verso 11 podemos ver que este hombre había cometido pecado delante de Dios, pero aun así era un hombre de un corazón humilde que sabía cómo humillarse delante de Dios.
David no conocía lo que era ser un hombre altivo, sino que cuando él veía que algo andaba mal, entonces iba delante de Dios para humillarse y pedirle perdón y para que Dios restaurara su vida.
Así que, vayamos delante de Dios, sólo Él puede cambiar nuestro lamento en baile, Él es quien nos ciñe de alegría, por eso debemos adorarlo y agradecer su infinita misericordia. Confiemos en Dios y Él hará que nuestros llanto sea alegría.