Una bendición eterna y que viene de lo alto

A veces pedimos a Dios derramar de sus ricas bendiciones sobre nuestras vidas y sobre nuestros familiares. Pero pedimos y no sabemos esperar a Dios en Su Santa Voluntad Divina. Creamos a Dios que todo lo que Él da lo da bueno y dura para siempre.

Las bendiciones de Dios son eternas, estas son las que nos enriquecen y a través de esta bendiciones también podemos ver que no nos debemos desesperar porque Dios te dará algo bueno.

Por eso debemos dar gracias cada día por Sus bendiciones, y porque cuando clamamos, Él nos responde. En la Biblia podemos encontrar varios ejemplos de cómo Dios se manifestaba en aquellas personas que creían en lo que ellos le habían pedido a Dios y lo que Dios le había prometido.

Uno de estos que pudieron recibir de Dios fue el salmista David, nunca pensó que sería rey, pero no nos olvidemos que sólo Dios conoce todo de nosotros, pensamientos, y cada uno de nuestros corazones.

El pueblo de Israel también fue uno de los pudieron evidenciar una de las bendiciones más grandes en la historia, vieron señales poderosas. La presencia de Dios le acompañaba en todo su camino, pudieron cruzar el mar rojo en seco, tener comida en el desierto. Dios es Dios, seamos agradecidos en el Señor.

Otro que pudo ver esa bendición prometida por Dios Abraham, quien vio su promesa cumplida por Dios cuando aún pensaba que era tarde. Dios lo bendijo de una manera muy especial.

Por eso debemos dar gracias en todo, darle gracias no porque Dios nos haya prometido algo o porque nosotros también le hayamos pedido, sino porque Dios es un Dios poderoso y para Él nada es imposible.

16 Estad siempre gozosos.

17 Orad sin cesar.

18 Dad gracias en todo,
porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

1 Tesalonicenses 5:16-18

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