El Señor aborrece el camino de los malvados, pero ama a quienes siguen la justicia

El camino de las personas que están fuera de Dios va de mal en peor, estas personas sólo aman hacer mal. Dios no se agrada en nada de lo que estas personas hacen.

Hablar del camino del hombre sin Dios es hablar de un rumbo que no tiene dirección segura. Muchas veces esas personas piensan que están construyendo una vida de éxito y placer, pero lo que en realidad hacen es alejarse cada vez más del propósito para el cual fueron creados. La ausencia de Dios en la vida de una persona no solo se refleja en sus acciones externas, sino también en el vacío interior que ninguna riqueza o experiencia puede llenar.

Hablan mentira y viven su vida como que nada puede pasarles y se olvidan de algo muy importante: Dios está en los cielos, Él está mirando a todos aquellos que se complacen en andar en un camino oscuro y lleno de impiedades.

Esto es una realidad que la Biblia nos recuerda constantemente: Dios es omnipresente y omnisciente. Nada escapa de Su mirada, ni lo bueno ni lo malo. El ser humano puede engañar a otros, puede aparentar que todo está bajo control, pero jamás podrá engañar al Creador. El pecado trae consecuencias, y aunque muchas veces estas no se ven inmediatamente, tarde o temprano llegan. Por eso es de suma importancia reflexionar sobre nuestra vida y examinar qué clase de camino estamos siguiendo.

Pero veamos que nos dice la Biblia acerca de estas personas.

El Señor aborrece el camino de los malvados,
pero ama a quienes siguen la justicia.

Proverbios 15:9

Claramente podemos entender esta parte, hablando del camino del justo y el pecador. Dios favorece al justo como nos dice esta cita bíblica del libro de los proverbios, pero al pecador, o sea, al que anda en malos caminos, Dios aborrece su camino.

El contraste entre la justicia y la maldad es evidente en toda la Escritura. No hay un punto medio donde podamos estar cómodos. O caminamos con Dios o caminamos en contra de Él. Seguir la justicia significa vivir bajo los mandamientos de Dios, buscando cada día agradarle con nuestras acciones, pensamientos y palabras. El malvado, en cambio, vive de acuerdo a sus propios deseos, sin importar si lo que hace daña a otros o si es contrario a lo que Dios establece en Su Palabra.

Por eso todos los que andan fuera del camino de Dios, deben rendirse delante de Él y abandonar todas las cosas que no están bien, acercase a Dios de corazón y obedecer para que el Señor les favorezca y pasen a ser llamados justos por nuestro Dios.

Rendirse a Dios no es señal de debilidad, al contrario, es la decisión más sabia que una persona puede tomar. Reconocer que hemos estado en el camino equivocado y que necesitamos de la gracia y el perdón de Dios es un acto de humildad y fe. Cuando nos volvemos a Él con un corazón sincero, encontramos perdón, restauración y una nueva oportunidad para vivir de manera recta. Nadie está tan lejos que Dios no pueda alcanzarlo con Su misericordia.

Este verso nos habla muy claro de lo que Dios quiere para todos aquellos que practican la justicia: Dios ama a todos aquellos que andan en el camino correcto, en el camino de salvación. Por eso todos los que no andan en el camino de Dios, andan en completa oscuridad, y es por eso que de repente caen en un vacío. Esto pasa porque su camino está desordenado delante de Dios.

Cuando una vida está fuera del orden divino, tarde o temprano se manifiesta el desorden. La oscuridad espiritual conduce a la desesperanza, a la ansiedad y a la frustración. Muchas personas buscan llenar ese vacío con entretenimiento, relaciones pasajeras o logros materiales, pero el corazón humano solo puede hallar paz cuando se encuentra con su Creador. El camino correcto, el camino de justicia, es el que da seguridad, propósito y paz verdadera.

Así que, endereza tu camino delante de Dios, para que seas bien visto por nuestro Señor Dios Todopoderoso. Aléjate del mal y serás agradable delante de Dios.

Este es el llamado final que la Biblia hace una y otra vez: enderezar nuestro andar. No basta con saber lo que está bien, es necesario ponerlo en práctica. Dios espera que sus hijos vivan de manera íntegra, que se aparten de lo malo y que busquen la santidad. El fin del justo es vida eterna, mientras que el fin del impío es condenación. Tú decides en qué camino andar. Hoy es el día para escoger el camino de la justicia y permitir que Dios guíe tu vida hacia la verdadera salvación.

Conclusión: El Señor aborrece el camino de los malvados, pero ama a los que siguen la justicia. Estas palabras de Proverbios nos recuerdan la importancia de vivir conforme a la voluntad de Dios. No se trata solo de evitar el mal, sino de abrazar el bien, de rendir nuestro corazón al Señor y de caminar bajo Su luz. Al hacerlo, no solo agradaremos a Dios, sino que también encontraremos plenitud y propósito en esta vida, y esperanza segura en la eternidad.

Lo único que nos puede quitar el velo
Habacuc capítulo II | Instrucciones sobre la visión del Señor I